Planta muy común en los campos y áreas verdes de Cuba |
Se trata de una planta de la familia de las combretáceas, nativa de la región de Malaya y posteriormente distribuida en el Caribe, América del Norte y Oceanía.
Además de sus fines ornamentales, tanto en la Mayor de las Antillas como en el resto de las regiones donde se cultiva, se aprovecha la corteza y frutos con fines medicinales.
La Terminalia catappa L, por su nombre científico, puede alcanzar una talla hasta de 24 m de altura, con un diámetro en el tronco de 1.5 m, por lo común mucho más pequeño, las ramas extendidas, dispuestas en verticilos, las ramillas robustas, lampiñas y la corteza superficialmente rajada.
Los frutos son comestibles y poseen un 20 % de tanino; en tanto, la semilla hasta contiene el 51.2 % de aceite graso (aceite de catappa), el 54 % de oléina y el 46 % de palmitina.
La planta se usa en México por sus propiedades astringentes y tónicas. En Cuba se utilizan las hojas machacadas, en baños contra la picazón de la piel, y la corteza contra las erupciones, el cocimiento de las hojas y el fruto se usa contra la hemoptisis.
En Colombia, por su lado, se emplean los frutos y la corteza como febrífugos, contra la diarrea y el asma bronquial. Las semillas son muy oleaginosas y pueden servir para preparar una emulsión utilizada como bebida diaria, en las enfermedades de las vísceras pulmonares y abdominales.
La forma de empleo puede variar, cuando se aprovecha las propiedades medicinales, ya de ungüento, ya en cocimientos. Hay quienes consumen el mesocarpio del fruto maduro.
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