Los árboles laten similar a los humanos |
Hasta ahora, los científicos pensaban que el agua se movía a través de
los árboles por ósmosis y de alguna forma esta permanecía en un continuo
movimiento por el mismo.
Pero recientemente han descubierto que los troncos y las ramas de los
árboles se contraen y expanden para “bombear” agua desde las raíces hasta las
hojas, de manera similar a la forma en que nuestro corazón bombea sangre a
través de nuestros cuerpos.
La única diferencia entre nuestro pulso y el de un árbol es que el de
un árbol es mucho más lento, “latiendo” una vez cada dos horas más o menos, y
en lugar de regular la presión arterial, el latido del corazón de un árbol,
regula la presión del agua.
Se cree que debido a lo lento que funciona el sistema es que tardamos
tanto en percatarnos del mismo.
“Hemos descubierto que la mayoría de los árboles cambian regularmente
de forma y en forma periódica, estos cambio están sincronizados en toda la
planta, lo que implica cambios en la presión del agua”, dijo András Zlinszky,
de la Universidad de Aarhus, en los Países Bajos, a New Scientist.
En su estudio de 2017, Zlinszky y su colega Anders Barfod usaron un
escáner láser terrestre para monitorizar 22 especies de árboles y poder
documentar cómo cambiaba la forma de las copas de estos árboles.
Las mediciones se realizaron en invernaderos durante la noche para
descartar el sol y el viento como factores en los cambios de forma de los
árboles.
En varios de los árboles, las ramas se movían hacia arriba y hacia
abajo aproximadamente un centímetro cada dos horas.
Después de estudiar la actividad nocturna de los árboles, los investigadores
llegaron a una teoría sobre el significado de estos cambios de forma y
movimientos en los árboles. Ellos creen que este movimiento es una clara
indicación de que los árboles están bombeando agua desde sus raíces. Es, en
esencia, un tipo de “latido del corazón”.
“En la fisiología clásica de las plantas, la mayoría de los procesos de
transporte se explican como flujos constantes con una fluctuación
insignificante en el tiempo”, dijo Zlinszky a New Scientist. “Los modelos
actuales no asumen ni explican fluctuaciones con períodos inferiores a 24
horas”.
Pero los investigadores aún no entienden completamente cómo funciona
este movimiento de “bombeo”. Sugieren que tal vez el tronco aprieta suavemente
el agua, empujándola hacia arriba a través del xilema, un sistema de tejido
vegetal formado por células muertas, rígidas y lignificadas que conducen la
savia y sostienen la planta cuya función principal es transportar agua y
nutrientes desde las raíces hasta los brotes y las hojas.
En 2016, Zlinszky y su equipo publicaron otro estudio que demuestra que
los abedules “se duermen” por la noche.
Los investigadores creen que la caída de las ramas de abedul antes del
amanecer es causada por una disminución en la presión interna del agua del
árbol. Sin fotosíntesis nocturna que impulse la conversión de la luz solar en
azúcares simples, es probable que los árboles reserven algo de energía
relajando las ramas que, de otro modo, estarían inclinadas hacia el sol.
Estos movimientos del abedul son circadianos, siguiendo el ciclo
día-noche.
Su nuevo descubrimiento es algo completamente diferente, dicen, porque
los movimientos ocurren a intervalos mucho más cortos. (Tomado del sitio web
Ecocosas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario