lunes, 17 de abril de 2017

De gustos, beneficios, símbolos y recuerdos; el olivo (II Parte y final)


Plantación de olivos en España
Sonreír con la alegre tristeza del olivo
esperar, no cansarse de esperar alegría
Sonriamos, doremos la luz cada día
en esta alegre y triste vanidad de ser vivo.

Esta es la estrofa de una de las últimas composiciones del poeta español Miguel Hernández. El primero de los versos es una bella metáfora sobre esa planta que responde al nombre de olivo, inspiración de escritores y portadora de simbolismo, en especial los que aluden a la paz, la gloria y la victoria.


Desde luego, hablamos de una planta que actualmente se cultiva en muchas regiones del mundo con clima mediterráneo, tales como Sudáfrica, Perú, Chile, Australia, la Cuenca Mediterránea, Israel, los territorios palestinos y California, Baja California y en áreas con otros climas templados como Nueva Zelanda, bajo irrigación en la región del Cuyo en Argentina, donde el clima es desértico. También se cultiva en la provincia de Córdoba, Argentina, caracterizada por un clima templado con veranos lluviosos e inviernos secos.

Son las características genéticas de cada variedad las que condicionan su afinidad al suelo y al clima, a las plagas y a enfermedades, a la fecha de la entrada en producción y maduración del fruto, así como su aptitud para la recogida mecánica. Deberemos escoger la variedad que mejor se adapte a las condiciones del suelo y clima del lugar destinado.

Por supuesto, del olivo lo más famosas son sus deliciosas frutas conocidas por aceitunas de mesa, aunque no menos importancia económica merece el aceite de oliva, apreciado por la culinaria de todo el mundo por sus cualidades gustativas, color y viscosidad.

Hasta ahora la investigación se había centrado en las propiedades saludables del aceite de oliva, desechando las hojas como biomasa.Sin embargo, este árbol centenario de España y con más de un millón y medio de hectáreas cultivadas en ese país, ha probado sobradamente sus propiedades saludables gracias a su aceite, abundante en antioxidantes y cuya producción constituye uno de los sectores económicos más relevantes del sur de Europa.

No obstante, esos favores para el organismo humano han dejado de ser exclusivos del aceite gracias a un estudio de la Universidad de Córdoba, coordinadora del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación, en el que participan científicos de los departamentos de Genética y Química Analítica.

Los resultados publicados recientemente en la revista Mutation Research Genetic Toxicology and Environmental Mutagenesis, prueban las propiedades anticancerígenas de las hojas del olivo, hasta ahora desechadas por la industria y empleadas sólo como biomasa, y sobre las que ya se han realizado varios estudios internacionales.

La principal novedad de la pesquisa, dirigida por el investigador y doctor por la UCO Jaouad Anter y sus colaboradores, radica en la identificación y cuantificación de los fenoles (componentes naturales) de las hojas de olivo que impactan directamente en las células. Y en segundo lugar, por los dos ensayos realizados: uno en Drosophila menalogaster (mosca del vinagre), donde se ha mostrado un potente efecto protector de estos extractos frente al daño oxidativo in vivo, y otro, en el que los investigadores de la UCO han probado el efecto citotóxico y proapoptótico (inductor de muerte celular) de estos extractos y de sus fenoles mayoritarios contra la línea tumoral de leucemia humana.

Para Anter, esos resultados permiten concluir que “los extractos de hojas de olivo y sus fenoles mayoritarios presentan unas propiedades antioxidante y quimiopreventivas con posibles aplicaciones, no solo terapéuticas como el tratamiento de cáncer, sino también ecológicas y económicas, en lo que aprovechamiento de la biomasa residual se refiere”.




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