Resalta la blancura, símbolo de candidez |
Según la mitología griega Perséfone, hija de los dioses Zeus
y Deméter, estaba recogiendo azucenas cuando fue raptada por Hades, dios del
inframundo, con quien fue obligada a casarse.
En tanto, en la mitología romana, la leche materna de la
diosa Juno dio lugar a la propia Vía Láctea, y también al color blanco
característico de las azucenas, de ahí que estas hermosas flores guardan un
simbolismo de pureza, inocencia y elegancia.
En la biblia, por su parte, la azucena es símbolo de la elección y la
providencia; además de ser la representación de la virginidad de la Virgen
María, elegida por el Señor para ser la madre de Cristo, a quien se la adorna
con esta bella y delicada flor, símbolo de la inocencia, pureza, gloria y
majestuosidad.
El leguaje de las flores
Todo indica que la azucena se asoció desde tiempos bien
remotos a la pureza, la inocencia y la castidad. Y lo confirma el hecho de que
las iconografías cristianas más antiguas.
Por ejemplo, en la
ciudad italiana de Rávena existen basílicas paleocristianas y baptisterios. En
la de San Apolinar, en Clase, específicamente en el mosaico del ábside,
anterior al 540 d.C., puede apreciarse al santo Apolinar rodeado de su grey
cristiana simbolizada por ovejitas, entre las que crecen las azucenas.
Por su lado en los mosaicos de San Apolinar Nuovo, también del siglo VI, en los cortejos de santas vírgenes
y de mártires, representados entre palmeras que simbolizan el martirologio,
crecen a sus pies por doquier, entre algunas otras flores, las blancas
azucenas.
Historia aparte
La azucena, cuyo
nombre científico es Lilium, es una planta de tallos frondosos que forman
bulbos subterráneos, escamosos o desnudos, los cuales utilizan para sobrevivir
al invierno.
En algunas especies norteamericanas
la base del bulbo se ha desarrollado en rizomas sobre los que se encuentran
numerosos bulbillos pequeños. Otras desarrollan estolones. La mayoría de los
bulbos están profundamente enterrados, sin embargo unos cuantos se forman cerca
de la superficie del suelo.
Muchas especies desarrollan raíces en el tallo, con ellas,
el bulbo crece de forma natural a cierta profundidad y cada año el nuevo tallo,
a medida que emerge del suelo, emite raíces adventicias por encima del bulbo.
Éstas son adicionales a las raíces basales.
La mayoría de especies son caducas, excepto unas cuantas
(como Liliumcandidum, Liliumcatesbaei) que mantienen una roseta de hojas
basales durante el periodo de inactividad invernal.
Las grandes flores, que exhalan una fuerte fragancia, sobre
todo de noche, tienen seis pétalos en una variedad de colores que abarca el
blanco, amarillo, anaranjado, rosado y púrpura. Los motivos incluyen manchas,
pinceladas y puntillas. La floración se da en verano.
En tanto, las semillas, que maduran a finales del verano,
muestran diferentes y a menudo complejos patrones de germinación adaptados a
los climas que habitan.
Las azucenas son nativas de las regiones templadas del
hemisferio norte. En el Viejo Mundo se extiende por la mayor parte de Europa desde
el norte hasta la costa del Mediterráneo, la mayor parte de Asia, Japón, sur de
los montes Nilgiri en la India, y sur de Filipinas. En el llamado Nuevo Mundo
son abundantes desde el sur de Canadá y
la mayor parte de Estados Unidos.
Por lo general están comúnmente adaptadas a hábitats
boscosos, a menudo montañosos o a veces praderas. Algunas de las especies
pueden sobrevivir en pantanos y las epifitas se encuentran en el sureste
asiático (como L. arboricola). Prefieren suelos moderadamente ácidos y libres
de cal.
¿Quieres cultivarla?
Se plantan en la primavera, aunque a pocas variedades se las
siembra en otoño para que desarrollen mejor sus raíces. La profundidad en que
se planten los bulbos dependerá de la
especie, y se debe mantener la tierra fresca y abonada. Florecen al final de la
primavera hasta finales de verano.
Si desea cultivarla en su jardín tenga en cuenta que durante
los meses del verano se pueden separar los pequeños bulbos que se forman junto
al bulbo mayor y así multiplicar la especie. Si esto se hace por semilla, hay
que tener en cuenta que florecerán a los cuatro o cinco años.
El suelo ideal para plantar estas flores debe tener elevada
permeabilidad y ser rico en materia orgánica. La luz nunca debe incidir
directamente sobre él y la profundidad a la que plantemos los bulbos dependerá
de lo que esté estipulado para cada especie, simplemente deberemos seguir lo
indicado en las etiquetas del productor. Una vez plantadas, florecerán durante
varios años y por ello, para su cultivo se aconseja incorporarlas a los
bancales de plantas vivaces.
La azucena aporta un toque decorativo y luminoso ideal para
interiores, por ello son muy utilizadas en jarrones como flores cortadas. Como
consejo muy útil para que duren más frescas, es aconsejable disolver en el agua
del jarrón una aspirina.
La profundidad en que se planten los bulbos dependerá de la
especie, y se debe mantener la tierra fresca y abonada.
Génesis de un nombre
Etimología
Lilium, nombre genérico latino se deriva del griego antiguo
λείριον, leirion, que generalmente se refiere a los verdaderos lirios, blancos
como se ejemplifica por el Liliumcandidum. La palabra fue tomada de copto
(Fayyumic) hleri, desde hreri, y el demótico hrry, a su vez tomado de la
palabra egipcia hrṛt = "flor". Meillet sostiene que tanto la palabra
egipcia como la griega son posibles préstamos de un lenguaje extinto del
Mediterráneo Oriental. Los griegos también usaban la palabra κρῖνον, krinon ,
aunque para los lirios no blancos.
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