El perejil es uno de los ingrefientes de la tizana |
Los
miembros de las expediciones de Colón aprendieron a valerse de remedios
ultramarinos. Así, el copal (semejante al cactus y con cuyo jugo se anestesiaba a los
enfermos) y la planta del guayacán (palo del Brasil), utilizada para hacer
frente a la sífilis, fueron de mucha utilidad para aquellos hombres que se
adentraban en el Nuevo Mundo. La planta del tabaco les servía, entre otras
cosas, para mitigar los dolores de cabeza.
"Estas
personas utilizaban remedios muy caseros. La medicina era la dieta. O se
sangraba a la gente por las buenas. Se fiaban mucho de la medicina
indígena", comenta la investigadora del CSIC Consuelo Varela. Aquellos
descubridores se valieron de las plantas medicinales con intensidad, ya que tan
sólo un médico, Diego Álvarez Chanca, les acompañó en el segundo viaje. Las
extremas condiciones que vivían hicieron que el galeno permaneciera en América
menos de un año.
La
falta de cuidados médicos acarreó muchos problemas de salud en los primeros
años de colonización. Aquellos hombres sufrieron epidemias de gripe que
llevaron a la tumba a la mitad de la tripulación y de la incipiente población
de La Isabela (la primera ciudad construida en el Nuevo Mundo, en la isla de La
Española, actualmente Santo Domingo). La gripe fue provocada por unos cerdos
que los expedicionarios llevaron desde Canarias en el segundo viaje. También
padecieron viruela. Para ambas enfermedades no había ni tratamiento ni remedio
(Tomado de El País)
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