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Elevar el índice de supervivencia de las plantaciones y, con este, el de la población boscosa, son divisas cardinales de la estrategia forestal cubana en las actuales coyunturas, informó a Granma Isabel Russó Milhet, directora forestal del Ministerio de la Agricultura (MINAG).
Ambas prioridades resultan definitorias en el programa nacional para la conservación de los bosques, dijo, y además en el propósito de incrementar el patrimonio forestal del país, estimado en unos tres millones de hectáreas (el 67 % está formado por bosques de protección y de conservación). De la superficie total cubierta por bosques, el 87 % está bajo la administración de entidades estatales especializadas en la actividad.
"Otras metas son la conservación y restauración de los bosques costeros, así como la reforestación en cercas vivas, cortinas rompevientos, sistemas agroforestales, vías de acceso y zonas urbanas, con vistas a incrementar la presencia de los árboles en el paisaje cubano. También nos proponemos impulsar las plantaciones frutales como soporte al programa de seguridad alimentaria y para la fauna silvestre", aseveró.
Añadió que, de cara al 2030, alrededor de 250 mil hectáreas deberán ser plantadas con variedades de rápido crecimiento. Ello coadyuvará a la implementación de los Lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, especialmente el 196 y el 133.
Vale resaltar que el sector forestal es el único dentro de nuestra economía que contribuye a reducir la emisión total de gases de efecto invernadero y hasta el 2004 —conforme señaló recientemente el Doctor en Ciencias Arnaldo Álvarez Brito, investigador titular del Instituto de Investigaciones Agroforestales del MINAG— incrementó en el 20 % la remoción de carbono atmosférico, resultado que posee un impacto positivo en la mitigación de los efectos del cambio climático.
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