jueves, 11 de enero de 2024

Flor de ajo, superchería y realismo

 

 

En la novela Drácula, de Bram Stoker, el inminente profesor y doctor en medicina Van Helsing, ante la sospecha de que la bella y delicada Lucy era víctima de un ser endemoniado, posiblemente un vampiro, le hace usar a la enferma un collar de flores de ajo, mientras esparce y embadurna toda la habitación con los mismos capullos.

A propósito del tema, cuentan que el olor al bulbo le era fatal al conde Drácula, según las supersticiones y leyendas sobre este personaje, que padecía de porfiria eritropoyética, una enfermedad que provoca la palidez facial; en tanto, los vampiros como él tendrían un gran olfato que no podría soportar las fuertes emanaciones de esta especie.