miércoles, 27 de marzo de 2019

Guizazo de caballo vs afecciones renales

Crece en patios y solares yermos
En sabanas y terrenos yermos de Cuba y otras regiones de Las Antillas y América del Norte crece un arbusto muy peculiar por poseer un fruto capsular, ovoide y espinoso, de púas rectas y ganchudas en el ápice.

La planta en cuestión es el guizazo de caballo, recomendada por nuestros abuelos para combatir afecciones renales. Según las recomendaciones de la farmacopea popular la ingestión del cocimiento elaborado con sus raíces sirve para expulsar las piedras, cálculos, de los riñones.


Otros la recomiendan en lociones para contener hemorragias y tratar escrófulas. Y no faltan los que aseguran sus propiedades curativas para combatir enfermedades hepáticas y hasta le atribuyen cualidades anticancerígenas contra determinados tumores malignos.

Una vecina, muy ducha en estos remedios caseros, dice que el menjunje preparado a base  de las  hojas del guizazo de caballo erradica las manchas de la cara, las que aparecen muy frecuentes en la tez de las mujeres embarazadas.

Eso sí, la bibliografía da cuenta de que se comprobado su efecto nocivo y venenoso del follaje del arbusto  utilizado como forraje para alimento animal del ganado joven.

Esta es una hierba anual de hasta 1 m de altura. Tallo estriado y rugoso. Hojas anchamente aovadas o suborbiculares de 3 a 5 lóbulos, con la base más o menos acorazonada, de 8 a 18 cm de largo y dentadas. Capítulos florales de unos 8 mm de diámetro; bracteas involucrales lanceoladas y ciliadas.




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