viernes, 13 de marzo de 2020

El kiri podría salvar al planeta


Además de belleza, el kiri resulta beneficioso al medio ambiente

Cuando la deforestación planetaria, a consecuencia de las grandes trasnacionales, inciden de manera directa en el cambio climático y el efecto invernadero; cuando el aire que respiramos se enrarece debido a la contaminación de las industrias, ha despertado interés entre los botánicos y los medioambientalistas un árbol hasta hace poco casi desconocido, el kiri.


Pues como lo lee: el Kiri, conocido como árbol Emperatriz o Paulownia podría ser de gran ayuda contra el calentamiento global, la contaminación y la desertificación del mundo que habitamos. Es una planta que puede purificar suelo infértil y también absorber 10 veces más CO2 que cualquier otra especie.

Se trata de una especie originaria de China, en la que a finales de los años 70 se iniciaron trabajos de mejora genética y permitieron diseñar un nuevo híbrido, con el mejoramiento notable en la resistencia a plagas y enfermedades, y una gran capacidad para no modificar su entorno, ni afectar a otras especies con las que convive, debido a que es un clon estéril, sólo reproducido en el laboratorio.

Del mundo que habitamos

El kiri puede llegar hasta los 27 m de altura. Tiene unas hojas de 40 cm de ancho. Resiste al fuego al regenerar sus raíces y vasos de crecimiento rápidamente y también tolera la contaminación. No es necesario replantar ya que rebrota de cepa después del corte. 

Por otro lado, entre sus características sobresale la contribución a hacer prosperar los suelos y aguas contaminadas y purifica la tierra según crece, a partir de sus hojas, ricas en nitrógeno, las que aportan nutrientes al caer y descomponerse en la tierra, aunque en estas condiciones su crecimiento es muy lento. 

Para que su crecimiento sea más rápido requiere de suelos profundos y bien drenados, preferiblemente franco-arenosos, debe aclararse que no soportan los suelos salinos. Tiene la capacidad de desarrollarse en superficies pobres o erosionadas, siempre y cuando lo apoyen con abono orgánico y con un sistema de riego.

En tanto, debido a sus características fisiológicas, este árbol puede adaptarse a una gran variedad de climas, con temperaturas extremas de -20 ºC hasta 45 ºC. Su principal propiedad, y esto lo convierte en único, es su eficiencia a la hora de realizar la fotosíntesis.

La planta consume más CO2, principal gas de efecto invernadero, y produce más cantidad de oxigeno que la media de otros árboles. Para que vea, un árbol adulto del kiri puede llegar a capturar 21,7 kg de dióxido de carbono cada día, lo que convierte en 6 kg de oxígeno.

La Paulownia resulta muy adaptable pero tiene sus limitaciones, el límite está en 2000 m de altitud. La temperatura en la que se siente más cómoda esta especie, y cuando se desarrolla mejor, son los 20º C.

En lo que a su reproducción respecta, es sencilla y puede ser por esquejes o semillas, aunque éste último no se utiliza mucho. Su crecimiento rápido le hace aumentar unos 2 cm cada día, por lo que en un plazo de un año suele llegar a los 6 metros.

Pero, hay más

Las hojas del árbol Emperatriz son muy  útiles como forraje ya que poseen un valor nutricional muy alto,  excelentes para la  alimentación de ganado, tanto vacuno como ovino, además de emplearse en uno de los componentes del compost, materia orgánica de inestimable valor para la agroecología mundial.
 
Debemos apuntar, además, que el rápido crecimiento del tallo, lo hace muy productivo y rentable. Entre otros beneficios, destaca la excelente calidad de su madera, su idoneidad para recuperar, controlar y estabilizar la erosión de los suelos debido a su profundo sistema radicular y capacidad de fijación de CO2.

Otro de los usos de la Paulownia es la generación de biomasa para centrales térmicas o calefacción casera, mediante la transformación de los cultivos en pellets, con forma de pequeñas pastillas cilíndricas que se elaboran mediante la aglomeración y densificación de la madera. Estos diminutos comprimidos resultan un excelente biocombustible sólido como sustituto o complemento del carbón, coque y fuel-oil y además tiene emisiones neutras de CO2, pues 2 kg de pellets equivalen a 1 litro de gasóleo, por lo que el coste por unidad de energía lo reduce a la mitad.

Las semillas de los frutos de la Paulownia son muy livianas y suaves, y estas cualidades fueron tradicionalmente aprovechadas para ser usadas comúnmente para empacar material de los exportadores chinos de porcelana en el siglo XIX, antes del desarrollo del poliestireno.

Como dato curioso, en el estado norteamericano de Texas llevan a cabo un proyecto desde 2008 en el que se plantarán un millón de Kiri para purificar el suelo y que recupere todas sus propiedades. Este plan será llevado a cabo por Chris Sanders y Brittany Turner y el principal objetivo es purificar el suelo de una parte de ese territorio estadounidense y devolverle de nuevo sus cualidades originarias.

También en algunas ciudades como Tijuana, en México, se reforesta la ciudad con este árbol para luchar contra la contaminación ambiental.

En fin, la especie en cuestión, deliberadamente plantada como ornamental- gracias a la copa en forma de paraguas y flores de color lila, muy llamativas- se ha convertido en una familia invasora en áreas donde el clima es agradable para su crecimiento, notablemente Japón y el oriente de Estados Unidos y, por su parecido con la catalpa (salvo floración y fructificación), pueden verse alineaciones mezcladas de ambos árboles.

Historia y tradiciones

Como se ha escrito anteriormente, el kiri  es originario de China, aunque, debido al frecuente cultivo, es difícil localizar las poblaciones realmente nativas en Asia. En la actualidad, cultivada o silvestre, crece a altitudes inferiores 1 800 m. Aparte de Asia (Corea y Japón), su fomento se ha extendido hasta Norteamérica y Europa. En este último continente fue introducido en 1834 a través de Francia desde Japón.

En China, una vieja tradición consiste en plantar un "árbol de la Emperatriz" cuando una niña nace. Su alta velocidad de crecimiento acompañará a la pequeña a lo largo de la adolescencia y juventud. Y cuando ella sea elegida en matrimonio, el árbol se corta y usa su madera para artículos de carpintería en función de dote de la pretendiente.

Según la mitología oriental el ave fénix solo se posará sobre una Paulownia muy fuerte, así ha sido trasmitida, legendariamente, de generación a generación, tal vez en alusión a la prosperidad, desarrollo y fortaleza de la especie, como un regalo de la naturaleza para su propio beneficio y una panacea para el hombre.

No cabe la menor duda, el kiri es un árbol que merece la pena tener bien cerca, por lo que  reforestar cuanto  antes la superficie del mundo que habitamos con la especie, puede resultar un noble empeño en beneficio de la humanidad, pues con esa acción, además de contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático, podrían fortalecerse los pulmones naturales del planeta.

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