jueves, 25 de junio de 2020

Jengibre, paladín del sistema inmunológico


A esta raíz se le reconocen múltiples propiedades medicinales

Con la temporada de resfriados y gripe en pleno apogeo, al igual que la pandemia del coronavirus, es importante que mantengamos nuestro sistema inmunológico fortalecido con vitaminas y nutrientes y uno de ellos es sin dudas el jugo de jengibre y limón.

La raiz, en cuestión, es rica en nutrientes como el potasio, niacina, fósforo y vitamina C, componentes que resultan paladines en el combate contra los virus y bacterias, invasoras de nuestro cuerpo, con el consiguiente deterioro de la salud.


Tradicionalmente el jengibre se usaba como un remedio natural infalible para aliviar malestares gástricos pero, tras años de investigación, se ha comprobado que no sólo es beneficioso para los problemas estomacales. Este alimento resulta un potente aliado contra múltiples síntomas, como el envejecimiento celular o trastornos respiratorios, entre otros.

El jengibre desde las raíces

Mucho se ha especulado sobre los beneficios que le proporciona el jengibre al hombre. Tal es así que los propios especialistas no dudan en calificar su raíz como de extraordinaria por las múltiples cualidades, tanto en el campo de la medicina natural y tradicional, como para aderezar alimentos.

Según los estudiosos en la materia, el jengibre es considerado una medicina universal por el gran poder que posee en el tratamiento de un número considerable de trastornos, tanto desde el punto de vista preventivo como terapéutico.

Así las cosas, entendidos en la materia le atribuyen excelentes propiedades expectorantes, digestivas, analgésicas, carminativas (anti gases), tónico y estimulante para el sistema nervioso, así como afrodisíaco y antimético (anti vomito). Tiene afinidad con los sistemas digestivo y  respiratorio, sobre los cuales actúa de forma directa.

Y como si fuera poco, no faltan los que reconocen esta planta como una especie de Sattvica, o de alta pureza espiritual. “Sus favores en nuestro cuerpo físico y energético –sostienen algunos- se extienden mucho más allá de nuestros niveles de conciencia”.
Más, conozcamos un poco más de este regalo de la naturaleza.

El jengibre o kion, cuyo nombre científico es Zingiber officinale, pertenece a la familia de las zingiberáceas. El tallo subterráneo es un rizoma horizontal muy apreciado por su aroma y sabor picante. La planta llega a tener 90 cm de altura, con largas hojas de 20 cm.

Crece en todas las regiones tropicales del mundo. Las variedades más caras y de mayor calidad generalmente proceden de Australia, India y Jamaica, mientras que las más comercializadas la cultivan en China y Perú. Su nombre proviene del indoeuropeo: en sánscrito se decía shringavera, que significa  “cuerpo de cuerno”. 

Entre sus características sobresales la presencia de aceite esencial como monoterpeno, canfeno, citral, pineno, cineol, borneol, ninceno, limoneno, felandreno, admás de los sequisterpenos, anforfeno, cariofileno, farnaseno, zingibereno y bisaboleno. Porsee, ademas, alcoholes sesquiterpénicos: nerolidol, elemol, bisabolol y zingiberenol. 

Po su parte, contiene hidrocarburos, aldehídos, cetonas, felandral, neral, garaniol, y corva tanacetona. También posee principios picantes entre los que se destacan gingeroles, sobre todo en el rizoma fresco, almidones, ácido fosfatídico, lecitina, proteínas, vitaminas y minerales.

La historia te cuenta

Existen escritos que dan cuentan del uso del jengibre desde la antigüedad. En  épocas tan lejanas como por el año 3000 a.C., el emperador chino Shen Nung redactó la compilación de Pen Tsao Ching (Clásico de las hierbas) en el que esta raíz ya se vio en un lugar destacado. 
  
El filósofo chino Confucio (551-479 aC), por su lado, también escribió acerca de sus múltiples beneficios. Más tarde, en el año 77 d.C., Dioscórides abundó sobre su capacidad para calentar y suavizar el estómago.
 
Luego, fue en el gigante asiático donde más se popularizó su empleo con diferentes fines. La bibliografía consultada refiere del consumo del llamado jarabe verde durante el siglo XV.

En la medicina china tradicional el jengibre es conocido como Jiang, que significa "defender". Así las cosas, sus cualidades la sitúan como una planta para defender el cuerpo de la humedad y el frío y patógenos externos. Estimula el Yang, la energía Qi, y calienta el pulmón, tonifica la energía con una afinidad por el estómago, bazo, corazón, pulmón y los riñones (fuego central).

Sin embargo,  se conoce que era utilizado por griegos y romanos. Tras la caída del imperio latino, fueron los árabes los encargados de comercializar el jengibre, aunque también lo hicieron en los países europeos, en menor medida.

Existen multitud de escritos históricos sobre las virtudes del jengibre. Dioscórides se refirió a sus virtudes afrodisiacas. En el libro árabe "Las mil y una noches"  se hace mención del jengibre sobre ese supuesto efecto sexual. 

Pero volviendo a Confuncio, describe el jengibre con una gran virtud para hacer la digestión. En tanto, Dioscórides  reafirmaba las virtudes como tonificante estomacal y digestivo en su obra "De materia médica".

Muy relevante y más actuales resultan los escritos de Marco Polo y Vasco de Gama sobre el cultivo del jengibre, escritos basados en su propia observación.

Fueron los descubridores de las Américas quienes exportaron y comenzaron a cultivar la planta de marra en el continente americano. Muy significativos resultan los cultivos en Jamaica, y otras islas del Caribe y en Centroamérica. En la actualidad los principales países productores de jengibre son China, Indonesia, Nigeria y Tailandia.

A tono con el jengibre

Ahora que ya conoces todas las propiedades y formatos del jengibre, ¿te animas a probarlo?

Lo cierto es que este regalo de la naturaleza está disponible en numerosos formatos, por lo que seguro que te resultará fácil de encontrar. Ahora solo tienes que elegir el que más te guste o mejor vaya para cada ocasión. Eso sí, si no lo has tomado antes en jugo o infusión, te aconsejamos que empieces agregando solo un poquito a tus recetas y vayas incrementando la cantidad poco a poco para ir acostumbrándo el paladar, debido a su intenso y peculiar sabor.

Si lo consumes en raíz cruda, puedes rallar un trocito de ella, pelada en elaboraciones saladas y dulces, como wok de verduras, arroces, caldos, e incluso para hacer galletas. Así aportarás ese toque picante característico que le dará un puntito diferente a tus recetas.

Si lo prefieres en polvo, puedes añadirlo a tus platos principales, infusiones, bebidas vegetales… Este formato te permitirá almacenarlo en casa durante más tiempo. La cantidad recomendada es de 2 a 4 gramos diarios.

Te proponemos dos formas de tomarlo: infusión calentita que te ayudará a entrar en calor, y en jugo refrescante para empezar el día con más vitalidad.

Para la bebida, añade un trocito de raíz pelada, cortada y deshilachada, en 500 mililitros de agua con un cuarto de limón. Hiérvelo durante 15 minutos tapado, y cuando apagues el fuego deja que repose 5 minutos sin destapar. Tómalo con un poquito de miel o sirope de agave para endulzarlo, si su sabor te resulta muy fuerte y picante.

En tanto, de optar por el jugo fresco, agregue un poquito de jengibre en polvo o un trocito de raíz a tu licuado o batido preferido, para obtener al máximo sus beneficios. Tómalo por la mañana en ayunas y espera como mínimo 20 minutos para desayunar.

Por su parte, el té de jengibre y cúrcuma puede tener un maravilloso efecto en fortalecer el sistema inmunológico. Esta maravillosa receta es muy fácil y rápida de hacer, de hecho solo vas a necesitar un poco de raíz de jengibre y una cucharada de cúrcuma, ya sea rallada o en polvo.

Comienza cocinando a fuego lento todos los ingredientes juntos, si deseas puedes agregar cáscara de limón, pero la misma no debe tener la parte blanca ya que es muy amarga y puede dañar tu bebida.

Cuando esté lo suficientemente caliente, apaga el fuego ¡No dejes que hierva! Espera tres minutos a que se enfríe y listo. Puedes agregar un poco de miel, para darle un poco de dulzura, esto es totalmente opcional.

Por supuesto, el jengibre no es la vacuna contra la terrible enfermedad provocada por el SARS-CoV, sin embargo, ante la constante amenaza de su ciontagio, sí resulta uno de los paladines naturales para fortalecer el sistema inmunológico, y con ello preparar al cuarpo para oferecer mayor resistencia del organismo ante el terrible virus.




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