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| Las hojas resultan urticantes |
Los cierto que no pocos naturalistas y botánicos de renombre, entre ellos Grosourdy, sostienen que esta planta, cuyo nombre científico es Urera baccifera (L.) Graud, le reporta no pocos beneficios a la salud el hombre por sus cualidades medicinales.
El propio Grosourdy dice que en Puerto Rico se utiliza contra la blenorragia y que las hojas y las ramas son rubefacientes, y el cocimiento de la planta da buen resultado en las afecciones crónicas de la piel y que las raíces en infusión son diuréticas.
Otros estudiosos del chichicate lo recomiendan como emenagoga, febrífuga, antirreumática, hemostática, y útil contra las quemaduras. Standley, por su parte, plantea que el jugo de las hojas se usa en las fiebres intermitentes y que a la planta se le atribuyen propiedades diuréticas.
La farmacopea popular la aconseja por sus propiedades antiinflamatorias, analgésica, vejigatoria, blenorragia, malaria, artritis y reumatismo; contra dolores reumáticos y una serie de males generalizados bajo el nombre de alergias.
En fin, estamos en presencia de una especie botánica de planta con flores dioicas, perteneciente a la familia Urticaceae. Su distribución incluye las Antillas, Belice, Cuba, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, y de México, Costa Rica; El Salvador; Guatemala; Honduras; Nicaragua; Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia y Perú.
Desde antaño los tallos de la Urera baccifera se empleaban por los aztecas y otomi, en México, para hacer papel. En Venezuela es llamada Guaritoto y su raíz, hervida con agua, es usada por los indígenas para la eliminación de cálculos renales.
Según la creencia de la religión afrocubana sobre el panteón Yoruba, Obbatalá es dueño del chichicate, como también lo son todos los Orishas.
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