lunes, 28 de julio de 2014

Archicoria: regalo natural para las buenas digestiones (IV parte y final)

Recomendable plantar en  los suelos profundos
Desde que en la provincia cubana de Cienfuegos se comenzó a hablar de la archicoria despertó gran interés por parte de la población de ese territorio del centro sur de la Isla, sobre todo por los beneficios que le reportaba a la salud humana  desde el punto de vista de la medicina natural y tradicional.

Según el Doctor en Ciencia Adolfo Rodríguez Nodals, director del Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical (Inifat), la extensión del cultivo  en campos cienfuegueros  tenía por aval  la experiencia de Camagüey en el uso de la planta con probada efectividad en diabéticos.


Lo cierto es que tanto para ese padecimiento, como otros descritos con anterioridad en estas mismas páginas, se hace  imprescindible conocer  la manera de proceder en la propagación de este regalo de la naturaleza, tan aconsejable para el buen funcionamiento del sistema digestivo, entre otras bondades.

La archicoria es recomendable plantar en suelos profundos, con buen drenaje y de fertilidad moderada. De ahí que se suele encontrar de forma natural en cunetas de las carreteras y caminos, gravas, estercoleros y campos abandonados.

La siembra debe hacerse con una temperatura mínima de 10 grados Centígrados, aunque la idónea es de 20, propia del verano moderado, y  preferiblemente en la fase de la luna en cuarto menguante.

Necesita de la lluvia bien distribuida durante su desarrollo; en tanto, requiere de riego ligero a moderado en zonas cálidas. Tenga en cuenta durante el trasplante dejar el cuello al aire. Si el clima es duro proteja las de macolla en túneles o con paja en su defecto.

Es una verdura propia de los meses de invierno y primavera. Se recomienda la variedad macolla la recolección gradual durante 18-20 días aunque se puede recoger de una sola vez siempre antes de las heladas.  Las variedades de corte, en primer lugar, arrancarlas en el aclareo, luego coriando las macollas por la base.

Las hojas basales y jóvenes se recogen antes que las flores de la planta, que se recolectan en el mes de julio. Las raíces se recogen en el tiempo lluvioso de final de otoño. Se preparan troceándolas y secándolas en lugar aireado.

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