lunes, 6 de junio de 2016

Convivencia vegetativa en armonía: el injerto (III Parte)

LLamado injerto en T
El uso de cuñas en el injerto permite acelerar la madurez reproductora de plántulas seleccionadas, aprovechando ese estado vegetativo del pie. También posibilita iniciar nuevas plantaciones insertando ramas adultas en patrones ya establecidos. Las cepas maduras conservan su edad y pueden producir frutos al año siguiente.

Los métodos por lograr este tipo de reproducción, el injerto,  según la finalidad y las características botánicas del vegetal son variados. El denominado por aproximación consiste en soldar 2 ramas y se hace a partir de dos plantas enteras.

Tienen que estar plantadas cerca una de otra, o bien, juntarlas si es que crecen en macetas; o una sembrada en tierra y otra en maceta. Para lograrlo debe practicarse un rebaje en cada rama quitando unos centímetros de corteza con un poco de madera. Ojo, las porciones suprimidas tienen que ser iguales y a la misma altura.


Luego se unen encajando perfectamente. La clave de los injertos es que queden en contacto el cambium del patrón y el cambium de la variedad. Si se pone sólo un poquito en contacto, la operación fracasa. Una vez concluido el trabajo se ata y cubre todo con mástic o cera de injertar.

Una vez que se ha producido la unión entre las dos plantas, se corta por encima de la unión la que no deseamos que forme el tronco y las ramas, sino que aporte únicamente sus raíces.

Se puede dejar con dos pies (dos sistemas radicales) para dar mayor vigor al injerto, o se puede cortar el pie de la planta injertada por debajo de la cuña. Este pie puede volver a brotar y servir para prender otra púa.

En el  modo de  hendidura se reemplaza el extremo del tallo del patrón por un injerto que contenga algunas yemas. Ambos deben ser de un diámetro semejante para que sus cortezas puedan entrar en contacto. Al patrón se le corta el tallo principal y se practica una hendidura en forma de V.

Por su lado, el injerto, llamado púa, es una rama pequeña que contenga unas dos o tres yemas. Se corta en bisel, de modo que pueda introducirse en la hendidura del patrón. Para evitar que se separen, suele envolverse la unión con alguna cinta de rafia, algodón u otra materia orgánica, o con algún adhesivo o cera.

Por último tenemos el de yema. Este sistema de injerto son más conocidos los de parcha, anillo, microinjerto e injerto en T,  en este, también conocido como injerto de escudete o injerto inglés, se usa un trozo de corteza del trozo que se introduce bajo la corteza del tronco del patrón.

En el caso descrito más arriba, el pedazo de injerto se obtiene de una rama joven, sacando una sección rectangular de la zona que rodea a una yema foliar, semejante a un escudo romano. Este escudete se inserta bajo la corteza del patrón a través de un corte en forma de T, de modo que permanezca protegido y aprisionado.

Es frecuente utilizar esta práctica cuando la corteza se desprende más fácilmente de la madera, y aproximadamente a los 15 ó 20 días después del injerto se retiran las cintas de amarre por peligro de estrangulamiento (al engordar la planta). Cuando brotan las yemas injertadas, se corta la parte superior del patrón para permitirles ser la rama dominante. (continuará)


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