lunes, 3 de octubre de 2016

El raro mundo de las plantas carnívoras (II Parte)

Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula
A saber, fue el investigador Charles Darwin el primero en escribir un tratado sobre las plantas carnívoras en el año 1875. Más, desde siempre resultó este género vegetal una novedad para los científicos y naturalistas, sobre todo por el particular modo de “alimentarse” estas especies.

Una planta carnívora, también llamada planta insectívora, es aquella que obtiene parte o la mayoría de sus necesidades nutricionales (pero no de energía) mediante la captura y el consumo de animales y protozoos, normalmente insectos (además de otros artrópodos).


Por lo general  crecen  en lugares donde el suelo es pobre, en especial en nitrógeno, como las tierras ácidas pantanosas y los farallones rocosos.

Según investigaciones sobre el tema, se  piensa que el hábito carnívoro ha evolucionado en, al menos, 11 linajes separados que se encuentran representados por más de una docena de géneros en cinco familias. Éstas incluyen alrededor de 630 especies que atraen y atrapan a sus presas, producen enzimas o bacterias digestivas y absorben los nutrientes resultantes. Además, más de 300 especies de plantas protocarnívoras en varios géneros muestran algunas, aunque no todas, de estas características.

La venus atrapamoscas (Dionaea muscipula), junto con Aldrovanda vesiculosa son las dos únicas especies que tienen el mismo mecanismo de captura. Así las cosa, el insecto o animal pequeño es atraído por un néctar dulce, se posa en la hoja y cuando roza al menos dos de los cilios detectores dentro de un lapso máximo de cinco segundos, se cierra automáticamente.

La razón por la que deben tocarse dos cilios detectores es para evitar la confusión con gotas de agua. Las espinas de los bordes impiden el escape de su presa.

La presa dentro se mueve, y estimula la secreción de jugos digestivos para su desintegración, que dura varios días. Una vez digerido el insecto, la hoja se desprende de su tallo original para dar lugar a una nueva hoja y poder repetir este proceso una y otra vez.

Por su lado, los pelos pegajoso constituyen el mecanismo usado por Drosera, Byblis, Drosophyllum y Pinguicula, entre otras. Drosera posee hojas en rosetas pegadas al suelo que segregan un fluido viscoso con un aroma similar al de la miel.

Cuando un insecto se posa en la hoja, queda atrapado en los pelos pegajosos. Después, los tentáculos de Drosera se curvan hacia adentro hasta que se cierran. Puede tardar desde un minuto a varias horas en cerrar y transcurren entre 7 a 14 días hasta que los tentáculos se vuelven a abrir completamente. (continuará)



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