lunes, 24 de septiembre de 2018

De la heráldica, la flor de liz (Parte I)




La verdadera flor de liz
Uno de los primeros usos de un símbolo similar al de la flor de lis, o liz, parece darse en la decoración de la Puerta de Istar, en Mesopotamia, construida por Nabucodonosor II en el año 575 a. C. 
 
Sus primeras representaciones provienen del Imperio Egipcio, donde se tomó como símbolo representativo de la Diosa Isis, madre o reina de todos los dioses, de la sexualidad y la fecundidad; por eso muchas columnas de templos y jardines egipcios están esculpidos y coronados con flores de loto o flores de lis entre otros. También se encuentra en las pinturas que visten las paredes de templos, palacios y tumbas.


Una de las vertientes de este símbolo, ha sido asociada a las mujeres desde sus orígenes, como hemos comentado, desde la diosa Isis, en Egipto, hasta la diosa Iris, en Grecia, y en una versión un poco más macabra de este símbolo, en Francia, ya que se marcaba a las mujeres adúlteras con una flor de lis en el hombro para ser reconocidas de por vida o en algunos casos, ejecutadas en la guillotina.

 Como curiosidad, en la novela Los Tres Mosqueteros, relatan que Mi lady está marcada con una flor de liz en el hombro y D’Artagnan se da cuenta así de que no es quién finge ser, relata también que fue salvada de la guillotina por el Cardenal Richelieu, que estaba en deuda con ella.

Mientras, el primer empleo oficial  en Occidente se remonta al siglo V junto a la expansión de la Iglesia católica. Los manuscritos antiguos fueron traducidos al latín vulgar por san Jerónimo de Estridón por encargo del papa Dámaso I para difundir el cristianismo a la plebe. Esta traducción se la conocería como Vulgata, donde se aprecia el emblema de la flor de lis dibujada en su portada.

Existe la leyenda de la Sagrada Ampolla, la cual cuenta que el día del bautismo y coronación del rey franco Clodoveo I en la Catedral de Reims, llegó desde el cielo, transportada por una paloma hasta las manos del obispo San Remigio, la Sagrada Ampolla, con un ramillete de lirios conteniendo el óleo para ungir y santificar al rey significando así que su autoridad era de origen divino. Posteriormente, en el siglo XII, con el rey Luis VII de Francia de la dinastía capeto, sería el primer soberano francés en incorporarla a su escudo como un campo de flores de lis en fondo azul. 

En el siglo XIV, pasó a formar parte del escudo de la dinastía Valois, esta vez como tres flores de lis de oro en fondo azul. En el siglo XVI, ya se le veía en el escudo de la dinastía Borbón, como un campo de flores de lis de oro en fondo blanco.

A partir del siglo XIV apareció también como emblema de la casa de Lancaster (dinastía real inglesa), para enfatizar su reivindicación al trono francés. El escudo de la casa de Lancaster incluye tres flores de lis y tres leopardos pasantes. Catalina de Lancáster (nieta de Pedro I de Castilla y abuela de Isabel la Católica) fue la patrocinadora del monasterio de Santa María la Real de Nieva en la provincia de Segovia, por eso puede verse allí su escudo con las tres flores de lis.

También forma parte del emblema de las familias nobiliarias tales como los de Candia quienes la portaban en rojo y los Farnesio en azul utilizando seis flores en su escudo de armas.
A partir del Renacimiento, segunda mitad del siglo XV, la flor de lis se tomó como símbolo de su bien hacer y lo unían a sus blasones cuando lograban alcanzar gran iluminación (la piedra filosofal). 

La flor de lis simboliza el árbol de la vida, la perfección, la luz, la resurrección y la gracia del dios que ilumina. Thot - Hermes es el dios mago que aparece junto a Isis cuando esta quiere devolverle la vida a Osiris. Él vino a enseñar la grandiosa doctrina secreta de la luz interna a los sacerdotes de los templos. Les enseñó que la luz era universal y que esa luz era dios, quien mora en todos los hombres. El segundo es Hermes Trimegisto, un famoso legislador, sacerdote y filósofo egipcio, que vivió hacia el año 2630 a. C. Hermes enseñó a los hombres la escritura, la música, la medicina, la astronomía, el ceremonial para el culto de los dioses, y también enseñó a ciertos discípulos las ciencias secretas (la magia, la alquimia, la astrología).
Toda la filosofía hermética se basa en siete principios: el principio del mentalismo, el principio de correspondencia, el principio de vibración, el principio de polaridad, el principio del ritmo, el principio de causa y efecto y el principio de generación. 

El símbolo de la flor de lis también fue adoptado por la Mafia Hachel, también conocida como la Virgen Escribana, como emblema en el siglo XVII. En Alemania, más específicamente en el municipio de Hachelbich, se realizaban sus reuniones. Cualquier persona ajena a la Mafia Hachel que intentase detener el cumplimiento de sus objetivos terminaba brutalmente asesinada. Sus víctimas eran reconocidas mediante una marca hecha con hierro candente con el símbolo de la flor de lis.)continuará)

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