lunes, 7 de octubre de 2019

¿Cómo influye en el calendario de siembra el cambio climático?




Sería irracional no volver la vista a estudios sobre el cambio
Por Germán Veloz Placencia
Investigaciones científicas desarrolladas en Holguín aconsejan modificar algunos patrones agrícolas y ofrecen alternativas para minimizar los daños

¿Sugieren los embates del cambio climático modificar los tradicionales periodos de siembra de frijol? Expertos del Departamento de Sanidad Vegetal de esta provincia creen que aquí deben asumirse transformaciones en el calendario establecido por años. Parten de observaciones minuciosas realizadas en el campo y documentadas por la especialidad de Protección de Plantas y Señalización y Pronósticos de Plagas durante las campañas de siembra y las cosechas correspondientes al periodo 2015-2018. Asimismo, tuvieron en cuenta los resultados de encuestas aplicadas a los productores.

También el Centro de Estudios de Agrosistemas Áridos, de la Universidad de Holguín, hace a los productores agrícolas serias proposiciones para enriquecer el manejo integrado fitosanitario de hongos del suelo y emplear productos que estimulan las fases de crecimiento y desarrollo de cultivos, facilitando con ese procedimiento el combate contra plagas y enfermedades.

Sería irracional no volver la vista a esos estudios y dejar su aplicación a la voluntad de quienes deseen tenerlos a bien. La ciencia es una de las vías que conducirá a obtener en el país la mayor cantidad posible de los productos que se necesitan cotidianamente en la mesa.

No se puede olvidar que por no producir lo suficiente en el gran entramado del sector agropecuario nacional, el Estado dedica al año, según datos públicos, unos 2 000 millones de dólares por concepto de importación de alimentos.

NUEVOS PATRONES DE PENSAMIENTO Y ACCIÓN

De las observaciones realizadas por los investigadores del Departamento de Sanidad Vegetal se desprende que en esta provincia la siembra de frijol, que por norma general se hace desde septiembre a enero, debe ejecutarse desde el 15 de octubre hasta el cierre de noviembre en los municipios de Holguín, Gibara, Rafael Freyre, Banes, Cacocum, Antilla y Calixto García.

«Serían exceptuados de la regulación propuesta los municipios de Moa, Sagua de Tánamo, Frank País, Mayarí y Cueto, porque nuestro estudio arrojó que en esas zonas el comportamiento de plagas y enfermedades fue inferior a lo registrado en los otros lugares», argumenta el ingeniero agrónomo José Rubio Ventura, director de la mencionada entidad.

En el caso de los productores de los municipios de Báguano y Urbano Noris, el periodo óptimo se extiende desde octubre hasta diciembre, es decir, la etapa tradicional para aquellas áreas.

Las modificaciones en los patrones de siembra de los primeros siete municipios mencionados se justifican, dice Rubio Ventura, por la elevación de la temperatura, que ha rebasado los 34 grados en los años evaluados.

«A tan desfavorable situación se unen las sistemáticas etapas de sequía, lo cual contribuye en la aparición de plagas y enfermedades. Todo eso ha dado pie a desequilibrios fisiológicos que tienen sus manifestaciones en las plantas, en las pérdidas de hojas y flores o en la madurez precoz», agrega.

Sobre la base de sus investigaciones en el campo y en laboratorios, Yunia Morales González, especialista en Entomología y Extensión Agraria, puntualiza que las altas temperaturas registradas en los años estudiados aceleran los ciclos biológicos de la mosca blanca, el Trips palmi y varios tipos de mariposas que interactúan como desfoliadores y transmisores de virosis en las plantaciones de frijol.

Así plantea con firmeza que el poder destructivo de las mencionadas plagas podría reducirse considerablemente con los cambios de etapas de siembra sugeridos a municipios específicos.

En la cooperativa de producción agropecuaria Congreso Campesino en Armas, en Mallorquín, Velasco, sus asociados, reunidos en asamblea general, acordaron sembrar todo el frijol en octubre. Su presidente, el ingeniero agrónomo Leonardo Carralero Torres, manifiesta que deben mantenerse entre los mayores productores del grano en el municipio de Gibara.

«Hemos sido parte del monitoreo realizado en la zona por los especialistas de Sanidad Vegetal y, con las observaciones realizadas entre todos, nos percatamos de que no son factibles las siembras de septiembre, así como las de diciembre y hasta el 15 de enero. Concluimos en que dan mejores resultados las del 15 de octubre al 15 de noviembre», describe.

ATENCIÓN SOBRE EL TOMATE Y EL TABACO

El seguimiento de los hechos, comenta Rosa María Garzón, especialista en Virología, también establece el efecto directo y dañino de las altas temperaturas sobre las siembras de tomate y tabaco, al ser acosadas por la familia de los Trips, principal vector de los tospovirus, que poseen una amplia gama de hospederos en las malezas que crecen en las áreas plantadas y en los espacios aledaños.

Si bien no han sugerido cambios para el calendario de siembra del tomate, los técnicos de Sanidad Vegetal recomiendan poner interés en el empleo de nuevas variedades y el manejo de semillas en cuanto a certificación y tratamiento acompañante.

Un ejemplo favorable de lo que se pretende en este caso, argumentan, lo ofreció Sainier Ballester Leyva en la cooperativa de créditos y servicios Carlos Manuel de Céspedes, en el municipio de Calixto García. El productor sembró la variedad ha-357 que, sin estar en condiciones de cultivo protegido, como se aconseja generalmente, le permitió cosechar 25 toneladas en una hectárea.

CULTIVOS DE MAÍZ, BONIATO Y YUCA CON MAYORES RENDIMIENTOS

El polo productivo de Arroyo Seco, dedicado a los granos, es el escenario de las investigaciones mediante las cuales la ingeniera agrónoma Vilma López Cruz, integrante del Centro de Estudios de Agrosistemas Áridos de la Universidad de Holguín, propone una nueva metodología para combatir los hongos que en los suelos atacan a los cultivos.

Avalada por observaciones detalladas y la aplicación de análisis geoestadísticos, el método de muestreo que sugiere, además de novedoso, es superior al vigente. Al tiempo que abarca más campo e incrementa la toma de muestras, delimita los focos de infección y da pie a que sobre estos se concentre el tratamiento con fungicidas y otras sustancias. Al no aplicar masivamente esos productos, se ahorra y minimiza el impacto en el medioambiente.

Otros especialistas de ese centro y alumnos de Agronomía de la casa de altos estudios, orientados por el doctor en Ciencias Agrícolas Ramón Núñez Tablada, trabajan a favor del uso de hongos identificados como micorrizas.

Con ese fin, a través de los vínculos que mantiene con la Unidad de Extensión, Investigación y Capacitación Agropecuaria de Velasco, han localizado un grupo de productores que evaluarán en sus áreas los efectos de esos organismos vivos en plantaciones de maíz, boniato, yuca y hortalizas.

«También, en colaboración con la Universidad de Granma, trabajamos en la aprobación del Fitomax e, un nuevo bioestimulante producido, igual que sus antecesores, por el Instituto Nacional de Ciencias Agropecuarias.

«Son productos totalmente ecológicos. De acuerdo con las investigaciones, en todos los sitios donde los hemos empleado, los rendimientos se han incrementado alrededor de un 5 %», añade.  

Fuera de la voluntad de los seres humanos, el cambio climático impone patrones. Las estocadas que minimizarán sus efectos sobre los cultivos que proporcionan alimentos, serán las investigaciones capaces de inducir cambios de estrategias de siembra, la creación y empleo de variedades nuevas, la aplicación de seguros métodos de protección y certificación de semillas, el cumplimiento de labores agrotécnicas, el despliegue de medidas fitosanitarias, y la utilización de bioestimulantes. Si se revisa el arsenal disponible, se verá que hay muchas alternativas. (Tomado del periódico Granma)

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