Flores de Moringa |
Numerosos estudios recientes, entre ellas los de Mark E. Olson, investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dan cuenta de que se trata de una especie magnánima -género de la familia Moringaceae-, y sus beneficios pueden aprovecharse en varias regiones tropicales y subtropicales, donde crece de forma adecuada.
Si bien es una planta muy versátil por su uso, la principal utilidad de la Moringa es de complemento alimenticio. Todas las partes de la planta son comestibles. El contenido de proteínas, vitaminas y minerales es sobresaliente. Posee sabor agradable y las diversas porciones se pueden consumir crudas (especialmente las hojas y flores) o cocinadas de diversas maneras.
En 25 gramos del follaje del árbol se logran obtener el 42 % de proteínas (tanto como el huevo), 125 % de Calcio (cuatro veces el de la leche), 61% de Magnesio; 41% de Potasio (tres veces más que el plátano) y 71% de Hierro. En tanto, proporciona Vitamina A al 272% (cuatro veces más que la zanahoria) y la C al 22% (siete veces más que la naranja).
Los frutos, o vainas verdes inmaduras, se consumen cocidos. Su sabor en este estado es como las judía verdes o habichuelas. De utilizarse ya maduras, deben sumergirse en agua hirviendo, con un poco de sal por algunos minutos. Se abre la vaina y se extraen las semillas ya listas para comer. El sabor es parecido al de los garbanzos. Incluso, de ingerirse tostadas resultan muy nutritivas.
Las hojas tiernas pueden prepararse hervidas con aliños o en diversas salsas, también sirven para potajes y otros platos variados. Crudas, al igual que las flores en su forma natural, son deliciosas en ensaladas. El saborcillo de ambas es ligeramente picante, intermedio entre el berro y el rábano. Ese mismo gusto experimentan las raíces de los árboles muy jóvenes, de cuyas características sobresale la tuberosidad. (continuará)
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