viernes, 6 de abril de 2012

Si la abeja desapareciera, el hombre también lo haría

Abeja libando
Por Sheyla Delgado Guerra

"Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres." Una máxima (atribuida discutiblemente a Einstein) que presidió el IV Congreso Cubano de Apicultura y el III Encuentro Latinoamericano de Apicultores, efectuados en el Palacio de Convenciones de La Habana del 3 al 5 del actual mes.

Extracción de miel mediante un equipo de acero inoxidable, fabricado por la empresa mexicana X-NOX S.A., expuesto simultáneamente a los eventos.


Como aseveró ayer durante la clausura de ambos cónclaves Ramón Frómeta, viceministro cubano de la Agricultura que atiende el área forestal, muchas son las fortalezas pero también los retos de los trabajadores de este sector en la región, especialmente ante las amenazas que impone el cambio climático.

"Se habla bastante de ese peligro, pero no siempre hacemos conciencia de cuánto puede afectar a la flora melífera —refirió Frómeta—, por lo que no prevemos en la medida necesaria la urgencia de incluir acciones dirigidas a su protección dentro de nuestra estrategia agroforestal."

La importancia de la apiterapia, en consonancia con el rescate y fomento de la medicina tradicional que se impulsan en Cuba, la necesidad de activar una red latinoamericana de apicultura y meliponicultura (crianza y manejo de abejas sin aguijón, endémicas de América), junto a otras temáticas, fueron ampliamente debatidas por delegados e invitados de varios países de la región, como México, Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay, Chile, Colombia, y otros.

Estos eventos dejan buena "materia prima" que debe desencadenar acciones concretas, destacó la víspera Misael Cuevas, presidente de la Federación Ibero-Latinoamericana de Apicultura (FILAPI). El titular también instó a los presentes a asumir que en sus manos está una reserva estratégica de la humanidad.

No en balde, como recordó el viceministro cubano, en los Lineamientos aprobados por el Sexto Congreso del Partido —específicamente el número 194— queda clara la especial atención que le brinda la dirección de la Revolución a la apicultura, un rubro que debe continuar cosechando beneficios a la economía nacional por concepto de las exportaciones y que está a tono también con lo expresado por el General de Ejército Raúl Castro en el último Consejo de Ministros, en lo inherente a la potenciación de los renglones exportables.

Durante la sesión plenaria se reconoció al investigador Daniel Zayas, a los apicultores Rogelio Marcelo (Matanzas) y Luis Miguel Martínez (Sancti Spíritus), y a la Unidad Empresarial de Base Apícola espirituana, por su trabajo sostenido en pos de convertir los beneficios de la ciencia en una herramienta insoslayable para esta rama.

Insólita, pero muy merecida, fue la petición de los asistentes para que se declare a la abeja como Patrimonio de la Humanidad.

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