miércoles, 22 de agosto de 2012

El curujey, la planta del caminante

Se distingue por su peculiar habitat
En Cuba existe una planta que llama mucho la atención por su modo hábitat,epífita.No hay más que fijarse en cualquier ceiba, aunque también en otros árboles o arbustos, e incluso en alambres del tendido telefónico, para detectar esa caprichosa forma apiñada que se conoce con el nombre de curujey.

Si se quiere esta singular planta está  ligada de alguna forma a la lucha emancipadora del pueblo cubano. ¿Cómo?.Pues cuentan que en la manigua redentora los mambises muchas veces aprovechaban el agua depositada en sus hojas para saciar la sed. Lo mismo hicieron los rebeldes alzados en las zonas montañosas de Oriente, el Escambray o los que combatían en montes del llano contra el ejército de la dictadura de Fulgencio Batista.Por esas características de apaciguar la sed en medio del camino hay quien la identificas como la planta del caminante.


Pero resulta que, anécdota aparte, dice el naturalista Grousordy que las hojas frescas  del curujey, machacadas y mezcladas con manteca, constituyen un apropiado remedio doméstico que se aplica a las almorranas, tópicamente. Aconseja el científico que se puede echar mano de esta solución para combatir esta molesta enfermedad.

Este mismo autor, citado por el sabio cubano Juan Tomás Roig en su libro Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba, abunda en que el curujey está entre los emolientes resolutivos.

Además de las Antillas Mayores, se localiza esta especie vegetal en las Islas Vírgenes, Antillas Menores, hacia el sur hasta Martinica, en la Florida, Texas y en la América tropical continental


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