lunes, 14 de enero de 2013

El agradable sabor de la madera dulce (III Parte)

Hojas del árbol de la canela
¿Quién no se ha deleitado oyendo ese maravillo vals peruano cuyo nombre trascendió en la gran escena musical universal: La flor de la canela?. Esa bella composición fue compuesta en 1950 por la cantautora Chabuca Granda devenida una de las más representativas del país andino.

Este vals habla de doña Victoria Angulo Castillo, distinguida señora de raza negra y amiga de Chabuca, inspiración principal para dicha canción.La  pieza fue lanzada a la fama en 1951 por el trío Los Chamas (integrado por los hermanos Rolando y Washington Gómez y Humberto Pejovés). Desde entonces ha sido interpretada por diversos cantantes y grupos de renombre mundial.


Tal vez por asociación de ideas, la creadora peruana asoció el color de la piel de su amiga con el carmelita marrón de  la corteza interna seca del árbol de la canela, y no de su flor, pues ésta tiene por características externas ser de color blanco o amarillo verdoso y recubiertas de pelos, bracteadas y actinomorfas.

Mas, anécdota aparte, estamos hablando de una de las especias más apreciada por sus diversos usos en el planeta. Tal es así que sus propiedades son muy utilizadas en la cocina, industrias licorera y perfumera, la fabricación de dulces, helados y hasta para adornos florales.

La planta en cuestión es de la familia de las Lauráceas. Son las ramas de unos arbustos llamados zeylanicum y del verum, los que, una vez secos y sin su corteza, forman unos tubitos muy aromáticos. Su sabor es dulce, amaderado y picante. Necesita de climas cálidos para crecer sin problemas. Su época de recolección es mayo-junio y octubre-noviembre.

Existen varias clases de azafrán: de Mancha: es el más aromático y penetrante, su color es rojo intenso;  de Río: color  más pálido y su aroma menos intenso; y  Cortado: de menor calidad, de color rojo oscuro.

La canela se comercializa en rama o en polvo. En los países de occidente se utiliza sobre todo en postres: como cremas, mousses, natillas, arroz con leche, pasteles, torrijas, apfelstrudel, pudings y helados, entre otras golosinas. En tanto, en Oriente y en Arabia se emplea también en la cocina.

Desde el punto de vista medicinal se le atribuyen propiedades carminativas (gases), cólicos, problemas de estómago. Tiene poder adelgazante, mezclado con los postres, pues ayuda a quemar grasas. (continuará).







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