Árbol de la canela |
Pues sepa que se trata de un árbol de hoja perenne, de aproximadamente diez a quince metros de alto. Lo que se aprovecha es la corteza interna, la que se extrae una vez pelada y frotada las ramas.
Las mejores plantaciones crecen en terrenos lluviosos, de textura arenosa y fangosa, profundos con alto contenido de materia orgánica y excelente drenaje. Requiere un clima caliente y húmedo, con temperatura media anual entre 24 y 30 ºC y una precipitación entre 2 000 y 4 000 milímetros anuales, bien distribuidos durante todo el año, condiciones que se encuentran en altitudes entre 0 y 600 sobre el nivel del mar.
El aroma de esta especia se debe al aceite esencial que constituye un 0,5-2,5% de su composición. El componente mayoritario es el aldehído cinámico, también el eugenol y el alcohol cinámico. Con menos proporción encontramos el ácido trans-cinámico, el aldehído hidroxicinámico, el aldehído o-metoxicinámico, acetato cinámico, terpenos (linalol, diterpeno), taninos, mucílago, proantocianidinas oligoméricas, glúcidos y trazas de cumarina.
En toda América el uso del té de canela está tan extendido que compite con otras bebidas calientes como el café y el chocolate. Se obtiene después de poner té de Ceilán con unas varitas de canela a hervir en agua hasta obtener la infusión, agregando azúcar al gusto.
De la madre patria, España, nos llegó su utilización como especia en algunos platos tradicionales, como por ejemplo en la morcilla de Aranda, una variedad de la morcilla de Burgos. Por su lado, En Argentina, Cuba y Panamá se emplea en el postre de arroz con leche.
En Ecuador se prepara una infusión con licor llamada canelazo, generalmente en las ciudades andinas para evitar el frio. Es también ingrediente de muchas salsas curry y otros platos de Oriente, en donde se emplean las variedades de Ceilán y China, además del polvo y las hojas de la canela. (continuará).
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