Gladiolo rosado |
El nombre, según la historia, se le atribuye al escritor, científico, naturalista y militar latino Plinio el Viejo. Cuentan, además, que la denominación, por una parte, hace referencia a la forma de las hojas, lanceoladas y terminadas en punta, similares a la espada romana llamada gladius.
Pero también, los investigadores agregan que responde al hecho de que por esa época era la ofrenda que se le entregaba a los gladiadores triunfantes en las batallas. Luego, devino símbolo de victoria.
Se conocen unas 180 especies nativas de gladiolos, nativas de África, Madagascar, Europa, Arabia y oeste de Asia, donde crecen espontáneamente, aunque la mayor parte son de origen africano.
Entre sus características morfológicas destaca que los tallos son aplanados y de hojas ensiformes y alcanza de 30 cm a un metro de altura, según la especie. Presentan vistosas flores dispuestas en largas espigas terminales más largas que las hojas.
Estamos hablando de una planta herbácea, perteneciente a la familia de las Iridáceas, que se desarrollan a partir de un tallo subterráneo llamado cormo. Durante el curso de la vegetación dan lugar a multitud de 'bulbillos.
Oportuno señalar que el gladiolo actual se ha logrado desde comienzo del siglo XIX a partir de cruzamientos entre diferentes especies botánicas. De ahí la diversidad de tamaños, colores y forma de las flores así como de épocas de la floración.
La temperatura ideal del suelo para que esta planta crezca es de 10 a 12 grados centígrados, aunque son capaces de sobrevivir en buenas condiciones si la temperatura del suelo no supera los 30ºC. Grados superiores a estos son perjudiciales para su desarrollo.
En cuanto a la temperatura ambiental, de 10 a 15ºC es la adecuada para la noche y de 20 a 25 ºC para el día. La humedad, por su lado, deberá estar comprendida entre el 60 y el 70%. (continuará)
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