lunes, 16 de septiembre de 2013

El exótico mundo de los cactus ( I Parte)

Variadas formas y tamaños las de los cactus
Sería raro no encontrar una expresión de asombro o admiración en el rostro de quien aprecia por primera vez la estampa de un cactus. Estamos hablando de una familia  cuyos ancestros se estiman entre 30 y 40 millones de años atrás.

En realidad se trata de las cactáceas, conocidas en el mundo botánico como plantas suculentas y, en gran mayoría, espinosa. Esta familia es prácticamente exclusiva de América, lo que significa que son endémicas del continente americano y las Antillas. Sin embargo, hay una excepción, Rhipsalis baccifera, que está extendida en África tropical, Madagascar y Ceilán.

La característica identificativa más clara de los cactos, como también se les llama,  es la areola, una estructura especializada de donde surgen las espinas, los vástagos nuevos y, en muchas ocasiones, las flores.


Sin embargo, existen especies sin espeinas como Opuntia ficus-indica y Opuntia leucotricha. Estas pueden ser consumidas por el ganado en los períodos secos, como forma de supervivencia y adaptación al cambio climático.

Si bien es su gran mayoría los cactus son más conocidos por los atractivos como plantas ornamentales, existen algunos comestibles y hasta medicinales, de los que abordaremos más adelante.

Por lo pronto, decir que, etimológicamente hablando, la palabra cactus deriva del griego  káktos, utilizado por primera vez por el filósofo Teofrasto para nombrar una especie de cardo espinoso que crecía en la isla de Sicilia, posiblemente el cardo Cynara cardunculus.

Vea usted,  se cuenta con dos referencias poéticas de la Antigüedad sobre esta planta. Así, el poeta Teócrito de Siracusa escribió en sus Idilios: «A ti te dejen como una oveja del rebaño, cuya pata se haya picado por un cactus». También, Filetas, poeta proveniente de la isla de Cos, escribió sobre ella: «Debe lamentarse quien haya perdido el afecto de una mula, por el temor a las heridas del cactus espinoso».

El vocablo pasó al latín como cactus a través de Plinio el Viejo, quien en su Naturalis Historia retomó aquello que Teofrasto escribió sobre esta planta que crecía en Sicilia. De cactus derivó la palabra latina carduus, que finalmente dio lugar a la española cardo.

En tanto, durante la Edad Media la palabra cactus era el nombre usual para la alcachofa comestible. Más tarde, fue usado como nombre genérico por Carlos Linneo en 1753, dentro del cual agrupaba 22 plantas que hoy se consideran dentro de géneros diversos de la familia Cactaceae. (continuará)



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