jueves, 19 de septiembre de 2013

El exótico mundo de los cactus (II Parte)

Entre más espinas, más protección
El cactus es la más famosa de las plantas suculentas y se caracteriza por la presencia de púas y de tejidos pulposos para conservar el agua en los tallos, hojas y raíces cuando tienen que soportar períodos de sequías. Precisamente se denominan suculentas o crasa por esas propias razones.

Cuantas más espinas tenga el cactus, mayor es la protección contra el sol. También se puede condensar la humedad en las espinas, con lo que las gotas que se forman caen a la tierra y es absorbida por las raíces.

Algunas plantas forman retoños que se desprenden con facilidad y sus espinas con forma de gancho se enganchan en la piel de algunos animales y es así transportada durante kilómetros donde caen y forman una nueva planta. Las espinas son hojas transformadas que varían en forma y tamaño, y que brotan de las areolas.


Según cuenta la historia las cactáceas, familia a la que pertenecen los cactus, llegaron a Europa de la mano del Gran Almirante Cristóbal Colón. Refieren que  tal hallazgo se produce tras  las expediciones realizadas por científicos y comerciantes españoles, holandeses e ingleses a Las Antillas, México, América Central y América del Sur.

Entre los más famosos estudios de estas especies del mundo vegetal se destacó el investigador Adrian H. Haworth con su obra Synopsis Plantarum Succulentarum. Este científico se encargó de reformar el estudio de los cactus y suculentas, ya que suprimió el género cactus para transformarlo en la palabra que daría el nombre a la familia, cactáceas.

Desde entonces hasta la fecha se conocen entre 2 500 y 4 000 especies, entre las cuales se pueden encontrar entre cactus que miden tan solo un centímetro, hasta los que alcanzan los 18 metros de altura. Muchas de ellas pueden cultivarse fácilmente como plantas de interior en ornamentos por sus reducidas dimensiones.  (continuará)





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