lunes, 20 de octubre de 2014

El lenguaje de las flores: la anémona y el viento

Unverdadero regalo de la naturaleza
Cuenta la mitología griega que la anémona nació de la sangre que manó de un costado de Adonis, cuando este murió tras el ataque de un jabalí. Para los helénicos el nombre significa “flor del viento” y le pertenece a la diosa Venus, a la cual se le consagraba.

Pero la mística no queda ahí. Por ejemplo, los egipcios representaban en sus jeroglíficos en forma de anémona. Y otras creencias han llegado hasta nuestros días, como la de utilizar las hojas de la planta en bolsitas para talismanes eróticos.


Otros supersticiosos sostienen que para mantener el amor y la amistad y conseguir nuevos amigos hay que escribir la palabra MEHOH sobre pergamino virgen, con el jugo extraído de pétalos de anémona macerados en alcohol. El documento con la escritura  debe llevarse encima y renovarse al cabo de un año.

No faltan los que le atribuyen propiedades esotéricas cuando afirman que en  sahumerios, la flor favorece la intuición y comunica con el mundo de los espíritus.

En el lenguaje de las flores el nombre de la planta significa inestabilidad. Luego, resulta curioso y hasta extraño que muchos la aconsejen apropiada para el ramo de novia.

Lo cierto es que la anémona, o Anemone, es un género con unas 120 especies de plantas, de la familia de las Ranunculaceae que se encuentran distribuida en las zonas templadas de los Hemisferios Norte y Sur del planeta. Está estrechamente relacionado con los géneros, Pulsatilla y Hepatica, incluidos por algunos botánicos.

La mayoría de las especies son muy utilizadas en los jardines, sobre todo en los jardines paisajistas donde forman praderas espectaculares. Entre  las más conocidas y populares se encuentra Anemone coronaria, frecuentemente llamada anémona amapola, una planta con raíces tuberosas, con hojas divididas, parecidas al perejil, y grandes flores semejantes a amapolas.

Además de la forma, resulta muy atractiva la impresión visual que ofrece la gama de colores de sus flores, que pueden ser escarlata, carmesí, azules, púrpura y blancos.

Según consejos de abuelos, con la preparación de un aceite con pétalos de esta flor, se consigue un bálsamo excelente para los dolores de las articulaciones.

Entre las recomendaciones para el cultivo de la anémona cuenta que se prefiere sembrarla en suelo arcilloso, enriquecido con abono bien descompuesto, que debe estar suelto debajo de los tubérculos. En canteros se consiguen fácilmente a partir de plantar semillas.

Es aconsejable que la luz  desde semisombra a umbrío, con luz solar directa durante la mañana. En cuanto a la temperatura, si hay heladas fuertes, habrá que cubrirlas. Por su lado, tener en cuenta que esta planta se desarrollan mejor en una atmósfera húmeda.

A la hora de la siembra debe velarse porque los pequeños bulbos se planten a 5 cm de profundidad a mediados de otoño, en la tierra del jardín o en macetas para poder entrarlas en casa cuando empiecen a florecer.

El riego es aconsejable que lo efectúen frecuentemente, no abundante, más o menos diariamente, de modo que el suelo esté constantemente fresco, pero no impregnado de agua. Nunca debe estar muy seca. Al cabo de algunos años deberá reemplazar los tubérculos, ya que tienden a debilitarse. Y tenerse presente que la multiplicación es mediante división de los rizomas o por semillas.

Estas son plantas resistente a plagas y enfermedades, salvo a pulgones y caracoles.




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