lunes, 9 de febrero de 2015

“Pan de mono” para el mundo (II Parte)

Se caracteriza por su longevidad
El boabab africano es un árbol impresionante. Entre sus características más sobresalientes está la forma de botella adquirida ya en la madurez, y por lo general en ese estadio el tronco, de hasta 10 metros de diámetro, se ahueca y puede convertirse en depósito para almacenar cerca de 6 000 litros de agua.

Otra de las notoriedades de esta especie  botánica consiste en su longevidad. Se dice que alcanzan vivir de 800 a 1000 años; sin embargo, se habla de ejemplares que llegaron a sobrepasar los cuatro milenios de existencia.


La fruta del boabab es rica en fibra y  un excelente alimento, se produce pasta y se elabora con él una bebida refrescante. Por su parte, los elefantes lo encuentran simplemente irresistible, no sólo para comerlos en cuanto están creciendo como plantas verdes, sino además para degustar la suave madera de su tronco, socavándolos con sus colmillos y trompa.

Con las hojas de la planta suele hacerse una sopa y tribus como los Dogones de la Falla de Bandiagará (Malí) y antes los Telem aprovechan su corteza para fabricar cuerdas. También con esta parte del árbol puede elaborarse papel.

En tanto, las semillas negras y la cáscara gruesa de sus frutos, proporcionan aceite de mesa y sirven par fabricar esmalte. Las hojas jóvenes se consumen como verduras. A partir de la corteza se extrae el alcaloide Adansonina, el cual es un antídoto contra las flechas venenosas de las especies de Strophantus.

Por sus características botánicas, prestancia y apariencia, el “Pan de mono”, como también se le conoce,  es símbolo de resistencia, tolerancia, vida comunitaria y longevidad. Resulta valorado también por manifestación de vitalidad; en fin, un árbol dotado a la vez de propiedades mágicas y utilitarias. (continuará)

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