martes, 4 de agosto de 2015

Un lagrimón por la cebolla bien vale la pena (II Parte)

Uno de los condimentos más apreciados
Rastrear el origen de la cebolla ha sido trabajo bien difícil para arqueólogos y botánicos pues se trata de una planta pequeña y debido a su composición casi no deja evidencias lo suficientemente irrefutables.

Luego, no existe ninguna opinión certera acerca del lugar exacto del origen de esta planta, ni de su fecha de aparición, aunque muchos creen que fue en la región central del continente asiático, otros afirman que es un vegetal nativo de Irán y el oeste de Pakistán.


Lo cierto es que, dudas a parte, estamos en presencia de un condimento muy apreciado  por diversas culturas dadas las propiedades y beneficios de este maravilloso regalo de la naturaleza, a tal punto que la  cebolla se ha convertido en  un elemento indispensable de la dieta y un alimento utilizado para curar distintos males.

Hay quien afirma que este bulbo sirve para sanar cualquier enfermedad, desde simples resfriados hasta enfermedades del corazón, diabetes y muchos otros padecimientos. La cultura azteca, por ejemplo, fue una de las que hizo un uso exhaustivo de este alimento. La mayoría de los platillos que prevalecen del antiguo pueblo precolombino lo tienen como ingrediente fundamental.

En el arte culinario moderno sería muy difícil prescindir de la cebolla en la confección de cualquier plato en el mundo. La gastronomía ligera y rápida también la considera, desde una hamburguesa hasta cualquier alimento a base de pastas como las pizas y los espaguetis.

Entre las múltiples cualidades a favor del organismo humano resalta el hecho de que una unidad de la hortaliza contiene solamente 45 calorías por porción; en tanto, no existe la presencia de colesterol, es baja en sodio y excelente fuente de fibra en apoyo del sistema digestivo. Estas características la hacen idónea para conformar la dieta de cualquier mortal.

Desde el punto de vista preventivo, la presencia de diversos compuestos de la cebolla le reportan enormes beneficios a la salud cardiovascular, además de propiedades antiinflamatorias para tratar distintos padecimientos. En la quercitina que posee, está uno de los más poderosos antioxidantes para precaver el cáncer.

En otro orden, esta especie del género de las Alliums, muestra propiedades tan beneficiosas para el ser humano debido a los sulfuros que tienen la característica de adelgazar la sangre, reduciendo la cantidad de lípidos en ésta y con ello, reduce la presión arterial. Por su parte, los flavonoides presentes  ayudan a evitar la coagulación de la sangre y el consumo  el desarrollo de un trombo.

Los fitoquímicos de la planta le aportan cualidades antibacterianas y antimicóticas. El efecto de las mismas es comparable con las de un antibiótico, lo cual funciona como un coadyuvante en el tratamiento de refriados, congestiones nasales, infección y algunos dolores producidos por inflamación.

Para emplearse con tal fin  puede hervirse con un poco de miel y después ingerirse la infusión; también es posible untar directamente el bulbo o un fragmento de él  sobre un área inflamada o infectada.

Y si de prevenir se trata, la sustancia llamada Condrocitos de la Placa de Crecimiento (GPCs, por sus siglas en inglés) favorece la salud de los huesos inhibiendo la función de los osteoclastos, unas células que descomponen el tejido óseo. (continuará)

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