lunes, 7 de septiembre de 2015

Nutrición y salud con sabor: almendra (I Parte)

Un alimento altamente nutritivo
La almendra constituye una de las fuentes de alimentación más antiguas del mundo, ya mencionada en la Biblia 2 000 años antes de Cristo. Según la mitología,  este fruto tenía por deidad protectora  una diosa fenicia cuyo nombre en sirio significa "árbol hermoso", calificativo muy apropiado dada la espectacular hermosura de los campos de almendros en flor.

La Marcona es la variedad más conocida. Una almendra redonda y gorda, dulce y con poco porcentaje de amargor. Es una de la más demandada por la industria repostera y turronera.


El fruto, desprovisto de sus envueltas, se tuesta hasta que adquiere el tono deseado para la elaboración de turrones duros o blandos. Sirve de base para las denominaciones de origen Jijona y Alicante, así como para la denominación de calidad Mazapán de Toledo y los tradicionales guirlaches aragoneses además de la Tarta de Santiago. Asimismo, al tener en su composición menos aceite, se suele destinar a la producción de almendras fritas.

Desde el punto de vista nutricional cada 100 gramos de almendra común aportan un valor energético de 575 kcal, además de las respectivas dosis de vitaminas B1 o tiamina (0,211 mg), B2 o riboflavina (1,014 mg), B3 o niacina (3,385 mg), B5 o ácido pantoténico (0,469 mg), B6 (0,143 mg), B9 o folato (50 µg) y una importante cantidad de vitamina E (26,22 mg). También es valioso el aporte de minerales esenciales que proveen, como el zinc, hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio.

El aceite de este fruto es utilizado como emoliente, y la esencia de almendras amargas tiene su aplicación  perfumería, por su aroma. Como dato curioso, para los adeptos del Veganismo, la leche de almendra resulta una gran opción en el aporte de proteínas, pues amén de ser ligera y tener un sabor agradable, resulta  ideal para las etapas de crecimiento y adolescencia gracias a su aporte de potasio y calcio.

Eestudios realizados  por el Gene Spiller Health & Research Studies Center (Los Altos, California), demostró que el consumo de la leche de almendra reduce el colesterol sanguíneo (lipoproteínas); con un mayor efecto en comparación con el consumo de aceite de oliva. (continuará)

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