lunes, 16 de noviembre de 2015

Ese superalimento llamado ajo (III parte y final)

Entre otras propiedades es desintoxicante
Los periódicos de antaño se conformaban en linotipos. Cada línea se fundía en plomo. Igual material se empleaba en las tejas que iban a la rotativa para imprimir el papel. Luego, los trabajadores de esos talleres estaban constantemente sometidos a ese mineral tan tóxico.

Por supuesto que entonces no se tenía el conocimiento de que los compuestos de azufre contenidos en el ajo protegen contra el daño en los órganos derivados de la peligrosidad  de los metales pesados.


Un estudio realizado a los empleados de una fábrica  de baterías de automóviles demostró que el bulbo disminuía los niveles de plomo en sangre en un 19 %, al tiempo de minimizar muchos signos clínicos de toxicidad, incluidos dolores de cabeza y presión sanguínea.

Sin embargo, el consumo del ajo va mucho más allá. Por ejemplo, los suplementos presentes en él ayudan a reducir los efectos de enfermedades comunes como la gripe y los refriados. Tal es así que según las pesquisas realizadas demuestran que una dosis de extracto de este condimento consistente en 2,56 gramos al día podría aminorar hasta el 61 % de los días afectados por resfriados o gripes.

Otras con animales, específicamente en roedores, dan cuenta de que la ingestión de ajo puede minimizar la pérdida ósea al aumentar el estrógeno en hembras. La prueba hecha con mujeres menopáusicas reveló que una dosis diaria de extracto seco (equivalente a 2 gramos de ese producto crudo) reducía significativamente un indicador de deficiencia de la hormona.

En los pueblos de la antigüedad era una práctica el uso del ajo para contrarrestar la fatiga muscular y mejorar la capacidad laboral de los obreros. También se les suministraba a los atletas olímpicos de Grecia a fin de aumentar el rendimiento deportivo.

En fin, estamos en presencia de lo que algunos consideran un superalimento que, sin lugar a dudas, contribuye a prolongar la vida por las muchas cualidades medicinales, tanto para prevenir enfermedades como para combatirlas.

Significativos son también los aportes nutricionales al organismo humano, un componente fácil de incluir en la dieta diaria, ya en su forma natural, ya en concentrado, polvo, extracto o aceite.

Importante es hacer observar que el compuesto activo del ajo, la alicina, solo se forma cuando  machacamos o partimos los dientes crudos. Si se cocinan antes de estas acciones los beneficios no serán los mismos.

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