lunes, 27 de febrero de 2017

Las flores y la sexualidad (Parte 3)

Símbolo universal del Yin-Yang
La Medicina Tradicional China, MTC por sus siglas, nos habla de que todo en nuestro mundo surge de la dualidad, la famosa teoría del Yin-Yang, también en la esfera sexual: Yang (masculino) y Yin (femenino), dos fuerzas que en principio deben equilibrarse mutuamente.

Existe una energía sexual, el Ching Chi, que es la energía esencial y fuente de nuestra vitalidad. Si el flujo energético no fluye correctamente a través de nuestros meridianos, los conflictos producidos en los diferentes cuerpos (físico, mental, emocional y espiritual) se manifiestan a través de enfermedades.

La terapia floral, al igual que la MTC y otras medicinas vibracionales, también entiende la enfermedad como un desequilibrio entre los diferentes planos del ser humano.


Los expertos calculan que entre el 10 y el 20% de los trastornos de la sexualidad masculina obedecen a factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, la inseguridad, la baja autoestima, la culpabilidad, el miedo al fracaso y el síndrome depresivo, por mencionar los más influyentes.

Es en estos casos es donde la terapia floral puede considerarse que tiene su campo de actuación, ya que interviene energéticamente en aquellos patrones mentales y emocionales en desequilibrio.

La esencia floral no se dirige al síntoma que presenta el paciente (impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia o inapetencia sexual), sino a la causa que lo origina (factores psicológicos profundos).

Entre las causas psicológicas más comunes de la difusión eréctil, tanto la impotencia psicógena primaria como la secundaria, se encuentran: experiencias traumáticas, estrés, baja autoestima, miedo a no estar a la altura, culpabilidad o represión. (continuará)



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