lunes, 17 de julio de 2017

Maderas para el sonido (I Parte)

Madera del abeto preferida para cajas de resonancia
Las propiedades mecánicas y acústicas únicas de la madera y su atractivo estético todavía lo convierten en el material de elección para instrumentos musicales y el interior de las salas de conciertos.

En todo el mundo, varios cientos de especies de madera están disponibles para la fabricación de viento, cuerda, o instrumentos de percusión.

Durante generaciones, primero por ensayo y error y más recientemente por enfoque científico, las especies más apropiadas fueron encontradas para cada instrumento y aplicación.


Utilizando gráficas de propiedades materiales en las que se trazan entre sí propiedades acústicas como la velocidad del sonido, la impedancia característica, el coeficiente de radiación sonora y el coeficiente de pérdida.

Analizamos y explicamos por qué el abeto es la opción preferida para las tablas de resonancia, por qué las especies tropicales son favorecidas por las barras de xilófono y los instrumentos de viento de madera, por qué los violinistas prefieren el pernambuco sobre otras especies como material de proa y por qué el carmín y el abedul se usan en las acciones de piano.

"Parece probable que los progenitores del hombre, ya sea machos o hembras o ambos sexos, antes de adquirir el poder de expresar su amor mutuo en lenguaje articulado, se esforzaron por encantar unos a otros con notas musicales y ritmo ...", escribió Darwin en 1871.

Hasta ahora sólo podemos especular, cuando nuestros antepasados comenzaron a tocar música, sobre el papel de la música en nuestra biología y evolución, y cuando se hicieron los primeros instrumentos musicales y de qué materiales.

Lo que sabemos con certeza es que hace unos 35.000 años, cuando se crearon las esculturas y pinturas rupestres más antiguas, se tocaron flautas en la cueva Geißenklösterle, en el suroeste de Alemania.

Las flautas oídas son universalmente aceptadas como los instrumentos musicales más antiguos encontrados hasta ahora. De las tres flautas encontradas en la cueva de Geißenklösterle, dos están hechas de huesos huecos de ala de cisne y la tercera de sólido marfil de mamut que primero fue cuidadosamente separada en mitades para vaciar y luego pegada a lo largo de una costura perfectamente preparada y hermética.

Las tres flautas muestran no sólo el arte temprano en su fabricación, sino experimentos de Seeberger, en reproducciones modernas de estas flautas demuestran de manera concluyente que son intrincados nstrumentos musicales con los que se puede producir música compleja y estéticamente agradable.(Tomado de Ciencia al Día) (continuará)

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