viernes, 24 de noviembre de 2017

Hablemos del mango (I parte)

Árbol del mango  cuajado de sus frutas
¿Por qué no considerar el mango el rey de las frutas tropicales?. El trono, a mi juicio, le corresponde por derecho propio, porque, en primer lugar estamos en presencia de un majar que a cualquiera se le hace la boca agua solo de contemplar una buena y suculenta tajada.

Solo en Cuba se conocen más de doscientas variedades de mangos, como para satisfacer todos los gustos, incluso con sabores parecidos a las de otros congéneres. Entre los más famosos por sus cualidades gustativas están los bizcochuelos, abundantes en las zonas orientales del país; los chinos, filipinos, magas blancas y amarillas (o de chupar) y los que popularmente llamamos Jay. Mundialmente uno de los más apreciados es el de Manila.


Se le atribuye a la India el lugar de origen. Y como dato curioso agregar que Brasil fue el primer país de América en cultivarlo, llevado allí por los portugueses en el siglo XVIII. Del gigante suramericano pasó luego a  Las Antillas y México.

De los valores alimenticio de este delicioso bocado de la naturaleza, mencionar el contenido de vitaminas A y C que posee, además de la presencia de abundante fibra, fructuoso y azúcares. De ahí que se aconseja ingerirlo maduro, fresco y sano, o lo que es lo mismo, en su estado natural, preferiblemente como aperitivo antes de las comidas.

Sin embargo, hay quienes lo prefieren en jugos o batidos con leche, y también así resultan muy nutritivos, si consideramos que en el primer caso, tomar estos líquidos, como el de otras frutas, regularmente estimula el metabolismo, a la par de aumentar nuestra resistencia a las infecciones y el estrés.(continuará)


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