miércoles, 2 de enero de 2019

Oddúa domeña la esclaviosa


Esclaviosa en flor

En el Panteón Yoruba, el dueño de la eclaviosa lo es Oddúa, uno de los Orishas de esa religión de origen africana. La planta, originaria de América tropical, en Lucumí se llama gáuti y en congo rakiongo.

Misticismo aparte

La Capraria biflora, nombre científico con se denomina la esclaviosa, es una hierba perenne, con tallos de 3 a 9 dm de altura, ramificada a veces pubescente. Hojas alternas, más largas que anchas oblanceoladas, cuneifores u oblongas, de 1 a 4 cm de largo agudamente aserradas por encima de la parte media. Flores sobre pedicelos axilares. pedicelos solitarios o de dos juntos, más cortos que las hojas.


Según los estudiosos, la planta ha sido usada con fine medicinales en los pueblos indígenas de América desde tiempos remotos. De las propiedades curativas de sus hojas, la parte empleada, se habla de poder diurético y astrigente, de ahí que los abuelos la recomienden para los padecimientos renales, como el dolor del riñón y trastornos en el orín.

Además, las parteras y curanderas sostienen que puede ocuparse en afecciones propias de la mujer tales como trastornos uterinos y ováricos, en casos de gonorrea y leucorrea, para desinflamar ovarios, prevenir el cáncer, flujos vaginales y en baños postparto.

En tanto, en enfermedades del aparato digestivo se recomienda utilizarla para curar la disentería, inflamación del estómago, gastroenteritis y fiebre intestinal. Incluso, se ha confirmado una actividad anticancerígena in vitro de sus raíces.

En esta planta se ha demostrado experimentalmente la presencia de actividad hipoglicémica y citotóxica. La primera se evaluó con un extracto acuoso de hojas, que fue administrado a ratones, por las vías intragástrica e intraperitoneal, utilizando como criterio de actividad la hiperglicemia inducida con aloxano. La actividad citotóxica se comprobó utilizando un extracto de raíces, frente a un cultivo de células de carcinoma humano 9KB, a la dosis de 3mcg/ml.

La dosis exacta

La eclaviosa resulta un remedio popular diariamente empleado; sin embargo, como es bastante poderoso no se le debe administrar a pasto, como se hace algunas veces; en efecto, tomada su infusión muy cargada y en dosis fuerte puede producir una debilidad general, el sueño, la rigidez y aun la parálisis; una especie de embriaguez, debilidad de la memoria y hasta vértigos, porque deja el sistema nervioso como estupefacto.

 Empero, suministrada en dosis regulares su acción tiene, al contrario, muchas analogía con la infusión de té de china; estimula ligeramente los nervios, entona los intestino, facilita la digestión y proporcionan bienestar general.
 Las hojas desecadas, con cuidado a la sombra, han de emplearse con preferencia a las frescas, y se prepara con un manojo de ellas y una botella con agua hirviente la infusión de que estamos hablando, la cual después de endulzada, se toma por tazas en el termino del día, se hace uso de ellas en la indigestiones y las diarreas, o en los empacho de los niños, se toma también como un buen sudorífico.

La infusión de las hojas es corroborante o tónico neurasténica, teniendo como acciones derivadas la de estimulante-digestiva (estomáquica) y sudorífica; a la alta dosis es estupefaciente muscular. Se usa principalmente en las neumatosis.

Un poco de historia

Ricardo Ossado a mediados del siglo XVIII comenta que "sus hojas en infusión curan el flujo blanco e irritación de la matriz, se dan lavados o irrigaciones con ella; para la purgación se toma agregándole un grano de sal". Y agrega que "sirve para curar las hinchazones del vientre, la irritación del hígado, de los riñones y limpia la vejiga".

En el siglo XX Maximino Martínez reporta su uso para afecciones ováricas, así como antiartrálgico, antiblenorrágico, antidabético, antigonorreico y uterotrópico. Narciso Souza por su parte describe "su cocimiento es muy usado en irrigaciones para tratar las inflamaciones y flujos del útero; además de ser empleada interiormente para tratar la diabetes, la leucorrea y la gonorrea".

 De la sinonimia popular

Como se ve la esclaviosa posee amplia gama de virtudes para la farmacopea popular. Pero no siempre se le tiene a la mano por el nombre más conocido. De acuerdo con la región, incluso las poblaciones rurales es común hallarla con otras denominaciones.

De ahí que en algunos lugares la llamen Escabiosa, Maguiro, Majuito o viuda. También la encontramos por Apote de monte, claviosa, epazotillo, jarilla, malva. En Oaxaca se le dice pa yau, sabadil; en  Puebla, squja lipajni, y por su parte, en Quintana Roo es fácil dar con ella si pedimos pasmo-xiw (español-maya).


           




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