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La llamada albahaca blanca |
No se si en todos los sitios de
Cuba era así, pero al menos en el pueblo de campo donde vivía, en determinada época del año irrumpían numerosos enjambres de unos pequeños insectos popularmente conocidos por guasasa. Ante el azote de los molestos animalitos apelábamos a la ramita de albahaca colocada detrás de la oreja, pues el intenso olor de esta planta resulta un eficaz repelente.
Pero no era ese el único uso de tan apreciable arbusto. En muchas casas se preparaban maceraciones de albahaca con alcohol para fricciones antirreumáticas y no faltan los que le atribuyen propiedades maravillosas para ahuyentar los malos espíritus con la concebida frase
“pa'llá pa'llá”.