lunes, 19 de noviembre de 2012

La bija colorea y cura

Las cápsulas proporcionan el color rojizo
El arte culinario tiene sus caprichos. Para el buen cocinero no sólo basta con el mejor sabor a cada plato que elabora, si no también el aspecto externo del manjar que se sirve. Y en esa cualidad el color juega un papel determinante. Por ejemplo, no hay chef  en el mundo que no coloree un arroz con cárnicos o vegetales con ese amarillo característico que aporta el bijol.

Sin embargo, muchas veces, por cualquier razón, no se dispone del producto industrial para teñir y sí se tiene a mano una mata de bija. Pues, sepa que al final el resultado es similar, y hasta mejor.


Este árbol bixáceo, también conocido como Achiote, es oriundo de América. De la semilla se extrae una sustancia roja, que los aborígenes cubanos empleaban para teñirse el cuerpo y la cara, no sólo con el objetivo de atemorizar a sus enemigos, si no  para protegerse de los mosquitos. Hoy, además de usarse como condimento para colorear las comidas, es utilizada en la industria de la pintura y en tintorería.

Con destino culinario pueden escogerse dos procedimientos diferentes: uno, se tuesta y muele la semilla ligada con otras especies condimentosas como el comino, el orégano y el romero; o echarse esa drupa en un recipiente con agua, y al cabo de un tiempo prudencial, el producto será un líquido rojizo, idóneo para colorear los arroces o las carnes.

Ahora bien, desde el punto de vista medicinal  el fruto de esta planta se usa como remedio en cocimiento contra la disentería, la inflamación del tubo digestivo y para combatir la cefalea. Los estudios farmacológicos apuntan sus acciones terapéuticas, dada la presencia de flavonoides, alcaloides, antraquinonas, esteroides y saponinas. También se le reconocen propiedades diuréticas, antigonorreicas, antiflamatorias y antibacterianas.

Por otro lado, el desaparecido investigador cienfueguero de plantas medicinales Enrique, "El Gallego",  Otero, único en Cuba con el título honorífico de  Científico Popular, señalaba la eficacia de las semillas de la bija para contrarrestar las quemaduras. En este caso se utiliza en forma de ungüento y para ello se tuestan y posteriormente se mezclan con gelatina de sábila y se untan con miel de abeja a la parte lesionada del cuerpo.


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