lunes, 6 de noviembre de 2017

El laurel, mucho más que un mito (Parte 3)

El laurel posee marcadas propiedades medicinales
Todo parece indicar que el uso culinario del laurel procede de Europa, tierra de origen de esta planta. Luego en países como México cobró una gran popularidad como especia de la cocina, a tal punto que es empleado en muchos de los platos aztecas.

Con este fin alimentario, se recogen las hojas y se ponen a secar a la sombra, teniendo en cuenta que las de más de un año pierden sabor y propiedades. Una hojita de laurel en los guisos y cocidos de la cocina tradicional mexicana debe estar siempre presente, no sólo por el sabor, sino por sus propiedades aperitivas, carminativas y digestivas. También se usa para condimentar escabeches, adobos, carnes y pescados y combina muy bien con el tomillo, el eneldo y el perejil.


La farmacopea lo reclama

En la actualidad, aunque la cocina sea la primera aplicación en la que pensamos cuando nombramos el laurel –especialmente como aromatizante de numerosos guisos–, ésta no es la única posibilidad que ofrece, ya que también tiene numerosas propiedades para nuestra salud.

Lo anterior  se debe a que en su composición están presentes sustancias muy beneficiosas como los antioxidantes o minerales –tales como potasio, fósforo, calcio y magnesio–, además de ser bactericida y rico en ácidos grasos orgánicos, ácido fólico, fibra y vitaminas B6 y C, entre otros.

Culturas tan importantes como los griegos o los romanos valoraban y apreciaban mucho las propiedades medicinales del laurel. Así pues, como planta medicinal es un tónico estomacal (estimulante del apetito, digestivo, colagogo y carminativo). El aceite esencial obtenido de los frutos ("manteca de laurel") se usaba tradicionalmente para el tratamiento de inflamaciones osteoarticulares y pediculosis.

Los vahos o baños de vapor con hojas de la planta en cuestión son útiles para las dolencias que afectan las vías respiratorias. Por otro lado, previene y alivia los casos de ardor de estómago y agruras. Y para más, constituye un remedio natural para estimular la circulación de la sangre.

De los consejos de abuelos proviene aquello de que el laurel sirve para combatir las infecciones en la piel con heridas, llagas, quemaduras, etc. aplicando las hojas de forma externa en emplastos, infusiones y cataplasmas..

También en la farmacopea popular se le tiene gran estima para estimular la eliminación de la mucosidad acumulada durante la gripe, resfriados, bronquitis, etc. En esa misma cuerda, el laurel tiene efectos bactericidas, antisépticos, expectorantes y antiinflamatorios por lo que está recomendado para las afecciones del aparato respiratorio como, por ejemplo, gripe, faringitis o bronquitis.

El sistema osteomuscular también recibe múltiples beneficios de la archiconocida planta. Alivia los dolores de tipo reumático y mitiga los dolores musculares aplicando cataplasmas en la zona o dando un masaje con aceite esencial de laurel mezclado con un aceite base.

Y como si fuera poco, las hojas de este ser vivo de la naturaleza son un remedio natural para la caspa y en el combate contra los piojos. Así como lo lee. Con tal propósito prepare una infusión con 10 hojas de laurel y medio litro de agua. Pon el agua en un cazo a calentar y cuando rompa a hervir añade las hojas de laurel. Tapa y retira del fuego. Deja reposar 30 minutos. Cuando ya está a temperatura ambiente lo cuelas y lo aplicas sobre el cuero cabelludo dando un breve masaje. Se puede aplicar varias veces al día.(continuará)




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